Di María tiene ante sí un partido histórico: con Neymar fuera de juego, tiene la oportunidad de reivindicarse ante Unai Emery, su ex club y el gran foco mediático. Su sobresaliente temporada le avala como actor principal de la película en París.
París es la cuna de los mosqueteros. Athos, Porthos y Aramis, y el "todos para uno y uno para todos", bien podría aplicarse al gran club de la ciudad. El Paris Saint-Germain juntó a una guardia implacable con Neymar, Cavani y Mbappé. Para ellos es la gloria y la fama. Pero la vida también es como los mejores libros, así que en esta historia tampoco falta el D'Artagnan de Emery.
Porque Ángel di María está ahí como uno más. Sin los focos más relucientes, pero con las mejores estadísticas. No es guapo, no es portada, no es el más seguido de Instagram. Pero su rendimiento como jugador parisino está al nivel de sus estrellas. La banda sonora de Raphael resuena en la cabeza de muchos fans; mañana puede su gran noche.
En 16 partidos oficiales, 13 goles y nueve asistencias. Una media que le lleva a producir más de un tanto por encuentro. Son números de 'crack'. Pero necesita el lacre de un encuentro como el que se viene ante el PSG para que el mundo le ponga oficialmente en el sitio al que le empujan sus cifras.
Su club quiere que el Parque de los Príncipes sea un infierno para el Real Madrid, y él conoce el camino. Cavani, gran guerrero, y Mbappé, si es que el tobillo no dice lo contrario, son los grandes argumentos para la remontada. Pero la historia suele premiar a osados como el argentino.
No jugó ni un solo minuto en su regreso al Bernabéu, y le dolió. No pudo tirar el muro del tridente, pero tampoco tuvo las migajas de la segunda mitad. Rendimiento e ira canalizada bocetan dos grandes argumentos para componer su noche mágica.
Ya tiene experiencia en dar la talla. De hecho, fue nombrado mejor jugador de la final de Lisboa, en la que el Real Madrid atormentó al Atlético venciéndole por 4-1.
Ángel di María, que pinta corazones con sus goles, lleva esperando el 6 de marzo toda una vida. Militó en los mejores clubes y en una de las mejores selecciones. Son innumerables las fotos en las que sale junto a las estrellas. Ahora el destino le brinda la oportunidad de que sean los demás los que aparezcan abrazados a él en la portada.