El Real Madrid Juvenil sufrió, pero estará en la final de la Copa de Campeones tras vencer a Las Palmas en el tramo final. El cuadro madridista, con Álvaro Arbeloa a la cabeza, se medirá al Real Betis Balompié para decidir el título.
El Juvenil A del Real Madrid, entrenado por Álvaro Arbeloa, jugará la final de la Copa de Campeones tras vencer en la penúltima ronda a la UD Las Palmas (2-1) y buscará conseguir todos los títulos nacionales a los que ha aspirado esta temporada.
Deseosos de medirse en el duelo por el título al Real Betis, clasificado previamente tras imponerse al Athletic de Bilbao, los dos conjuntos salieron con ganas. Tuvo pronto la primera ocasión el cuadro canario, con un golpeo desde la frontal de Johan que sacó de una escuadra con una mano Piñeiro. La respuesta en el otro área la dio Gonzalo con un cabezazo en buena posición al que no pudo dar la fuerza necesaria para hacerlo peligroso. No fue la única del cuadro blanco, ya que al poco tiempo puso triple tarea a Álvaro Killane.
El arquero voló para desviar un impacto de Jiménez, respondió con solidez a un tiro de Palacios tras una gran asistencia de cabeza de un compañero y le negó también el tanto a Gonzalo. Después del paso por vestuarios siguió viéndose un Real Madrid incisivo que acabó encontrando recompensa por su insistencia.
Un buen pase en largo de Gonzalo lo controló con el pecho Nico Paz, dificultando el despeje del zaguero. Esquivado este último, definió con acierto cruzado abajo.
Buscó el conjunto de Álvaro Arbeloa aumentar la renta ante un rival desdibujado, pero no fue capaz de mostrarse contundente en los metros finales. Y lo acabó pagando ante un equipo canario que mejoró con la entrada de Marcos y Omar.
De hecho, este último hizo el gol del empate nada más ingresar en el campo, aprovechando una serie de rechaces dentro del área. La igualada hizo daño a los madridistas, que comenzaron a sufrir en testarazos tras centros laterales o saques de esquina.
Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, fueron ellos quienes aprovecharon una situación como esa al cabecear Palacios, solo y llegando desde segunda línea, una asistencia desde la izquierda de Manuel Ángel después de un buen movimiento de este. Ahí murió el choque. Al equipo amarillo no le valió con la fe para forzar la prórroga.