Así son los dolores musculares y articulares de un futbolista

Carlos Sanchez-Lafuente hace 6 años 679
Las recaídas continuas en una misma lesión se convierten en pesadilla para algunos futbolistas. EFE

El dolor musculo-esquelético es el más común entre los futbolistas. De forma genérica, el futbolista se puede enfrentar a tres tipos de molestias a nivel muscular.

Comenzando por el dolor que presenta, a priori, menor gravedad, el futbolista puede sentir dolor muscular por el simple esfuerzo de la competición. El exceso de fuerza o la repetición de un mismo gesto pueden llevar a sobrecargas.

Estos esfuerzos extra a nivel muscular pueden acarrerar posteriores lesiones en articulaciones o estructuras tendionosas o ligamentosas, que agravan, a la postre, el estado físico del futbolista. 

Por tanto, es importante eliminar la posible sobrecarga o contractura y como consecuencia erradicar el dolor y la posible limitación que provocaba la molestia muscular. En muchos caso no es así y el futbolista sigue compitiendo con dolores, exponiéndose a peores consecuencias.

Un segundo caso de dolor muscular puede aparecer como consecuencia de una deficiente recuperación de una lesión previa. Ésto ocurre porque el plan de rehabilitación ha sido inadecuado o no se ha llevado a cabo de manera correcta. 

Las prisas de los futbolistas y sus técnicos por volver a la competición pueden acarrear varias recaídas de una misma lesión. Por eso, en ocasiones los médicos insisten en que no es lo mismo el alta médica que el alta deportiva. 

La primera la determinan los servicios médicos cuando el proceso curativo llega a su fin, pero la segunda decisión depende de los técnicos del equipo y debería establecerse, aunque no siempre ocurre así, cuando el futbolista haya recuperado la potencia, fuerza y habilidad de la zona lesionada. 

El tercer escenario en el que puede encontrarse el futbolista sería el dolor tras una intervención quirútgica. Éste es el supuesto más grave y preocupante para todas las partes implicadas.

En este caso, además de la técnica quirúrgica que se seleccione, es clave cumplir con exactitud los plazos de recuperación que marque el tipo de lesión y de intervención. Además, la intensidad en la vuelta a los entrenamientos debe ser progresiva y continuamente adaptada al futbolista.

Son muchas las ocasiones en las que las urgencias deportivas y económicas prevalecen y se imponen sobre las de la salud, aunque a la larga repercutan negativamente sobre ellas mismas.

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