El cuadro de Julen Lopetegui ha evitado su primera derrota gracias a unos seis últimos minutos de fantasía en los que Iago Aspas e Isco cambiaron el 2-0 por las tablas. Inglaterra puso el fútbol durante casi todo el partido, pero en el fútbol, 90 minutos dan para mucho.
Las 90.000 personas que llenaban de vida la espectacular grada de Wembley comenzaron algo frías el encuentro. España no renunció del inicio a su filosofía y dominó el control del balón durante los primeros compases.
Pero esa superioridad en la posesión no se traducía en peligro, ni mucho menos. De hecho, el primero en sufrir el peligro, fue el combinado dirigido por Lopetegui, pues vio como el colegiado, tras dejar impune una escalofriante entrada de Vardy a Azpilicueta, le señalaba un penalti en contra.
La pena máxima la provocó Pepe Reina, que volvía a ser titular con 'La Roja' tras poco más de dos años relegado a un papel secundario -o nulo-. El guardameta del Nápoles derribó a Vardy cuando el delantero británico estaba encarándole, dejándole a Lallana, el experto desde los once metros en Inglaterra, la oportunidad perfecta para inaugurar el marcador.
El gol del centrocampista del Liverpool, que se tuvo que marchar minutos después debido a una lesión muscular, le dio un plus de empuje a Inglaterra, que comenzaba a ahogar a los españoles con sus afiladas subidas por la banda, siendo Azpilicueta y Carvajal los que más sufrieron las subidas de Walcott y Sterling.
Paciencia inglesa
Conscientes de que el marcador les beneficiaba y de que España no lograba enlazar cuatro pases seguidos, los británicos replegaron sus líneas y se dedicaron a esperar que el balón pasara por el centro del campo español para presionar y tratar de robarlo.
El problema del cuadro de Lopetegui no era otro que la imprecisión. Los visitantes sufrían mucho a la hora de tratar de subir la bola, mientras que Inglaterra aprovechaba cada regalo que le concedía la desafinada medular española para plantarse en el área de Reina... una tónica que se mantuvo hasta el final de la primera mitad.
Tempranero golpe tras el descanso
Casi no habían entrado en calor los españoles cuando sufrieron el segundo revés del partido. Jamie Vardy se lanzó en plancha para rematar un centro medido de Henderson desde el pico izquierdo del área de un Reina que nada pudo hacer para evitar lo que parecía ser la sentencia del choque.
Pero, aunque nadie confiaba en ello, la reconquista española comenzó justo en la siguiente jugada, momento en el que Reina salvó el tercero inglés con una gran estirada que anuló el disparo de un Sterling con ansia de redondear su notable actuación anotándo.
A partir del gol, Inglaterra se tranquilizó demasiado, aunque España carecía de poder para reaccionar. Su imprecisión le castigaba y la delantera estaba casi inédita... pero Lopetegui tenía aún un as bajo la manga.
Las 'tres gracias' españolas
Con las incursiones en el campo de Isco, Morata y Aspas, 'La Roja' ganó en alegría, hambre y ganas de volar sobre el cielo de Wembley. Los tres jugadores apenas coincidieron unos 15 minutos sobre el campo, pero fue suficiente para que se obrara el milagro español.
La movilidad de Morata provocó que Aspas, que avisó con un remate defectuoso nada más entrar, pudiera anotar en su debut con 'La Roja'. El gallego se plantó en el área custodiada por Heaton en el minuto 89 y, desde cerca de la esquina izquierda de la misma, le quitó las telarañas a la portería inglesa con un zurdazo implacable de bellísima factura.
Pero, pese a tener el resultado maquillado, España fue a por más y más. Isco se lamentó sólo dos minutos más tarde al marrar una oportunidad clara para firmar el empate, pero pudo desquitarse, a él mismo y a todo un país que suspiraba por el empate, con un disparo que, en la última jugada del partido, pasó por debajo de las piernas de Heaton para cerrar el 2-2 final.