'C'est magnifique'

Todavía en el horno, caliente por la lava del 'Volcán', es difícil quitarse de la cabeza el gol del empate de Gignac. 'Allez, allez', imposible no emocionarse.

Qué pena de aquellos aficionados que quisieron evitarse el atasco cuando estaba todo perdido. Sin chistera, sin guantes, tosco y de mirada cruel, nada hizo prever tal truco.

Un vistazo al fútbol más puro, pero también una demostración sin parangón de sangre fría. En mitad del avispero, como Iniesta, Gignac escuchó el silencio.

Y lo hizo para controlar tras un saque de banda largo al área. Una última llamada a la épica después de caer una y otra vez. Pasajeros al tren.

El '10' recibió, cuerpeó, amagó y... 'oh la, la, c'est magnifique': sombrero sobre su par en apenas un palmo de terreno y gol. 1-1 en el 92'. Por la belleza, pero también por las circunstancias, la obra de Gignac casi desintegró todo lo que sucedió antes. 

Poco importó entonces el tanto de Rodríguez en la primera mitad. La diana que corrió el telón de un nuevo partido en el Estadio Universitario, un escenario que siempre miró por encima del hombro a sus visitantes, en apariencia inferiores.

Menos espacio queda todavía para echar la vista atrás y recordar las cuatro ocasiones claras de gol que desaprovechó la 'Máquina' a la hora de partido.

Poco después, Aquino remató desde fuera del área un balón que acabó impactando con violencia contra el larguero. El rechace bajo a la línea y muchos gritaron gol. No lo fue, qué más da.

El contexto del encuentro, 'a la desesperada', llevó a la pelota a cruzar la trinchera 'in extremis' cuando Tigres estaba condenado al fracaso. 

Una sensación que, a dos minutos del pitido final, recibieron cabizbajos los jugadores de Cruz Azul. No son dos puntos, se marcha el Apertura y la posibilidad de jugar la 'Liguilla'.