Canales colorea el Gran Derbi que manchó un descerebrado

Adrián Becerra hace 2 años 11.4k
El Betis pasó a cuartos de la Copa del Rey. EFE

El Gran Derbi más largo de los últimos tiempos. Por la poca cabeza de un presunto aficionado por el lanzamiento de un objeto peligroso quedó manchado el partido. Todo se suspendió cuando se estaba viendo un bonito choque. En la reanudación, Canales dio el pase con un zurdazo que no pudo atrapar Alfonso Pastor.

Fue muy triste todo lo que ocurrió el sábado en el Benito Villamarín. El estadio del Betis se vistió con un increíble ambiente para dar lugar a otro Gran Derbi de los que gustan a todo aficionado al fútbol, bético y sevillano. Pero lo que nunca se imaginó que podía suceder, acabó sucediendo.

Antes del final del primer tiempo, una barra de PVC cayó al terreno de juego desde la grada y golpeó a Joan Jordán, que tuvo que ser atendido por los médicos y enviado al hospital, después de que un descerebrado decidiera acabar con el partido. No volvió a correr el balón y todo el mundo se marchó a casa tras la decisión de la RFEF de suspender la cita.

En la madrugada se tomó la decisión de volver a jugar a puerta cerrada porque ni hay hueco en el calendario ni se podía dejar pasar más tiempo. El Sevilla se posicionó en contra, mientras que el Betis quiso jugar en todo momento y, por supuesto, tras condenar enérgicamente el hecho producido.

En fin, que el fútbol volvió a sufrir un acto de violencia cuando más bonita estaba siendo la noche. Pero este bochornoso sucedido no se merece más que recapitular y contar lo que dejaron y ofrecieron el Betis y el Sevilla sobre el césped.

El Betis comenzó con ganas con varios intentos de Édgar y de Borja Iglesias. Poco a poco se fue calentando, dentro de la normalidad, hasta que a Borja Iglesias le anularon un gol por un claro fuera de juego.

Cuando el Betis estaba más cerca, golpeó el Sevilla. Desde la frontal, el Papu Gómez encontró el hueco por el palo corto de Rui Silva mandó el balón a dormir al fondo de la red. 

La alegría le duró poco al Sevilla porque Fekir contestó con un impresionante gol olímpico. Alfonso Pastor no estuvo bien situado y acabó comiéndose un centro que se fue envenando para nivelarlo todo de nuevo. El Gran Derbi estaba siendo un señor derbi. Hasta que... bueno, todo se manchó.

Con las gradas vacías y con solo el sonido de los jugadores y de la megafonía, Betis y Sevilla se respetaron en la reanudación de la cita. Total deportividad para terminar lo que quedaba de la primera parte del sábado. Diez minutos, casi para tantear, y a la caseta de nuevo.

En esta mini primera mitad, a Juanmi le anularon un gol por un fuera de juego por centímetros en lo que fue lo más destacado entre dos equipos que decidieron prácticamente esperar a tener más tiempo.

Por fin se pudo jugar una parte al completo, en la que todo se iba a decidir, siempre y cuando no hubiera prórroga. El segundo compás comenzó muy nivelado, con dos equipos más tímidos que otra cosa, pero con la misma intensidad.

Sabaly, que debutó, lo intentó con varios lanzamientos que no llegaron a Alfonso y Ocampos pidió penalti por una mano de Álex Moreno que no vio De Burgos Bengoetxea. El trencilla estuvo muy seguro, y así se lo explicó, porque ya tenía el brazo sobre el césped.

Canales fue el que acabó colorándolo todo o, al menos, poniendo un poco de alegría o, al menos, de fútbol puro. De su esencia verdadera. Vio un hueco en el lateral de la defensa del Sevilla y allí recibió un pase de Carvalho. El centrocampista controló, se perfiló y con la zurda golpeó prácticamente al muñeco, pero Alfonso Pastor no estuvo fino, el balón golpeó por sus manoplas y se fue para dentro.

Claro está que en un partido tan raro, todo pasó muy rápido. El Sevilla buscó como pudo el empate y a punto estuvo de darle lo que le faltaba al Gran Derbi, la prórroga. Un cabezazo de Koundé se fue al larguero y Ocampos no encontró un balón en el interior del área al que se anticipó Rui Silva. 

Con tres minutos de añadido, el tiempo fue como un reloj de arena que se consume pronto. Tello tuvo la última en un disparo de libre directo y todo acabó. Casi un día después y con unos lamentables hechos, el Betis pasó a cuartos y lo celebró por todo lo alto en el centro del campo. Abrazos, sin su gente, y cara de pocos amigos de Lopetegui y de un Sevilla nada contento con lo sucedido.

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