Alberto Brignoli protagonizó este jueves la cantada que, salvo hecatombe, será la más llamativa de la jornada europea de la semana. Y es que el italiano incumplió una de las normas más básicas del manual del portero.
Fabian Rieder se hizo cargo de una falta que olía a peligro. Sin embargo, su golpeo con la zurda no estuvo ni mucho menos a la altura de lo esperado, ya que salió centrado e incluso botó en el césped antes de llegar a la posición del guardameta visitante.
Sin embargo, Brignoli no calculó bien y, sobre todo, cometió un error más que grosero. No colocó la rodilla en el suelo, por lo que, por detrás de sus guantes, no había protección alguna. El bote le sorprendió y el balón se coló entre sus manos para acabar en el fondo de las redes.