Cláusulas anti embarazo: la vergüenza del fútbol femenino

Carlos Sanchez-Lafuente hace 6 años 1.2k
El problema de las cláusulas anti embarazo afecta a jugadoras españolas. EFE/Archivo

Muchas mujeres son obligadas a firmar esta prohibición si quieren jugar. Las cláusulas equiparan el embarazo a un deporte de riesgo o indisciplina.

La lucha contra la discriminación de las mujeres en cualquier ámbito de la sociedad es uno de los 'caballos de batalla' de nuestro tiempo.

Sin embargo, diferentes mujeres deportistas, y en concreto futbolistas profesionales, aseguran haber sido obligadas a firmar cláusulas que les prohibían quedarse embarazadas mientras el contrato firmado estuviera en vigor. 

Algunos ejemplos son la portera del Zaragoza Mariajo Pons o la ex jugadora de balonmano Begoña Fernández. El miedo a perder una oportunidad en el deporte profesional y el desconocimiento de sus derechos, les lleva a firmar estas cláusulas del todo ilegales.

El embarazo se considera en estas cláusulas como supuestos que provocan la resolución unilateral del contrato, equiparándolo a positivos por dopaje, prácticas deportivas de riesgo o malas conductas. Además muchas de ellas niegan indemnización a las jugadoras por rescisión de contrato. 

La abogada de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto María José López asegura: "Yo descubrí tres contratos con este tipo de cláusulas cuando tramité unas denuncias por impago. Luego, en voz baja, me dicen que hay muchas más, pero ninguna se atreve a denunciar".

Según María José López "el problema no son ellas, sino la tutela que la Administración debe ejercer, y en la que ha habido dejación".

Mariajo Pons, portera del Zaragoza, comenta: "Hace años tuve esa cláusula en el contrato con un club español. El embarazo estaba junto a otras causas por las que podía quedar sin efecto el contrato. Creo que ahora no es tan común, pero las chicas, en general, no quieren hablar".

"Estamos ya en la AFE, es cierto, pero nos queda mucho por recorrer. Los chicos tienen fuerza; nosotras, nada. Al menos, ahora obligan a los clubes a darnos de alta en la Seguridad Social. Antes, ni eso", añadió.

En su etapa como directora de Deportes del CSD, Ana Muñoz quiso ponerse en contacto con las jugadoras para que les facilitasen los contratos que les habían obligado a firmar los clubes. El miedo a las represalias fue mayor que la fuerza para denunciar lo que ocurría.

La respuesta institucional está por llegar todavía, aunque parezca increíble en nuestros días.

La misma Ana Muñoz entiende perfectamente las reticencias de las deportistas españolas a librar batalla contra estos contratos: "No se puede trasladar a la deportista la doble presión. Por un lado están obligadas a callar para poder seguir trabajando y por otro lado le exigimos que denuncien para luego nosotros actuar."

María José López cuenta como hace algún tiempo vio al conocido Jean Marc Bosman, el ex futbolista que luchó para que todos los comunitarios tuviesen los mismos derechos. "Apenas podía andar y hablar. Está pagando con su salud su lucha. Él ganó, pero todos los equipos le cerraron sus puertas. Se acabó como jugador." 

Renovaciones a la baja

La ex jugadora de baloncesto Amaya Valdemoro, que jugó en España, Rusia y WNBA, comentó en su día: "La WNBA forma parte de la NBA y claro que se nota la diferencia con respecto a España. Allí, según el convenio colectivo, la mujer deportista tiene reconocido el derecho a quedarse embarazada y el club la obligación de mantener el contrato. Ahora bien, la discriminación persiste. Una deportista que decide tener un hijo sabe que corre un gran riesgo."

"El equipo respetará su contrato, pero uno o dos años más tarde o no se lo renuevan o lo hacen a la baja, porque consideran que su rendimiento desciende", añadió Valdemoro.

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