Con 36 años y venido a menos: el enésimo proyecto fallido de 'crack' mundial

Carlos Torregrosa hace 6 años 49.7k
Palacio nunca llegó a ser lo que un día pareció. EFE/EPA

Rodrigo Palacio ya tiene sus buenos 36 años, pero el desarrollo de su carrera ni se asemeja al que un día parecía proyectarse desde Argentina. En Boca acaparó muchas miradas del fútbol mundial, pero nunca terminó de explotar.

A Palacio lo apodaban 'la Joya', pero nunca terminó de pulirse y convertirse en el crack que aspiraba ser. Llegó a Boca desde Banfield cuando sólo tres años antes andaba jugando en el fútbol modesto argentino y su nombre comenzó a sonar y a relacionarse con varios grandes.

En Europa no le ha ido mal del todo. Sus números en la Serie A son dignos de un buen currículum, pero no está a la altura de nombres como Agüero, Higuaín o el mismísimo Messi, perfiles a los que apuntaba en sus inicios según muchos expertos.

En el Genoa firmó buenas cifras goleadoras: 7 goles en 31 partidos en la 2009-10, 9/24 en la 2010/11, 19/32 en la 2011-12. Este último curso le valió un billete para la Selección y todo un Inter de Milán.

Con los del Guiseppe Meazza tuvo un año y medio a un notable nivel, pero fue viniéndose a menos hasta pasar las últimas temporadas casi en el ostracismo. Ahora milita en el Bologna, donde de vez en cuando deja algún detalle de aquel muchacho que parecía comerse el mundo en Boca con 24 años.

"Pese a que en Argentina todas las miradas se centren en Messi, seguro que Rodrigo Palacio no pasará desapercibido si dispone de minutos", llegó a publicar la prensa antes del Mundial de 2006.

Incluso el sitio web oficial de la FIFA se refirió a él en un artículo en 2005 como "la nueva moda del fútbol argentino". Y a punto estuvo de recalar en España en 2003, pero una llamada de Banfield le hizo regresar a Argentina cuando se encontraba en suelo ibérico negociando con Racing de Santander y Alavés.

Pudo tener su momento de gloria máxima, pero, a similitud de su carrera, murió en la orilla. No a todos se le presenta la oportunidad de marcar en la prórroga de la final de un Mundial. A él le ocurrió, pero su mano a mano ante Neuer nunca rozó la red de la portería germana.

El de hoy será un partido más que especial para él, ya que se enfrenta al equipo que le hizo brillar en el inicio de su aventura europea. Falta ver si, en caso de marcar, celebra el tanto ante su querido Genoa.

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