El Manchester United se impuso al West Ham en un vibrante partido que tuvo tensión y emoción a raudales. De Gea acabó decidiendo el choque al parar un penalti en el tiempo de añadido con una mano espectacular.
El Manchester United pasó la página de la derrota en la Champions League pero tuvo que sudar para vencer en uno de los estadios más complicados de la Premier League. El West Ham recibió a los 'diablos rojos' con ninguna derrota en esta temporada, hasta que se toparon con Cristiano, De Gea y compañía.
Fue un duelo vibrante y de los que gustan al respetable. Esencia de la Premier League. Intensidad de principio a fin que acabó con hasta 13 disparos entre los tres palos, si bien diez de ellos fueron del United.
Fue un continuo intercambio de golpes. Bowen tuvo dos ocasiones seguidas que sacó De Gea y el United contestó con un disparo a la madera de Bruno Fernandes. Cualquiera pudo adelantarse en un inicio bastante igualado.
A la media hora se abrió paso el West Ham. Benrahma disparó desde fuera del área, el balón golpeó en Varane y De Gea no pudo llegar porque el defensa le cambió la trayectoria en lo que fue un jarro de agua fría para el United.
La alegría les duró poco. Cristiano no paró de tirar desmarques hasta que pudo cazar un centro con la derecha, remató, el balón quedó muerto y solo tuvo que empujarla a la red de Fabianski. Vuelta a empezar.
El portugués buscó el 1-2 con un disparo cruzado al borde del final del primer tiempo, pero Fabianski sí que le adivinó bien las intenciones.
La segunda parte fue un correcalles. No podían parpadear los que asistieron al London Stadium. Cristiano la volvió a tener y Fabianski se lo negó en lo que aumentó su rabia. Tanto David Moyes como Solskjaer movieron el árbol y todo continuó con la intensidad por las nubes.
Cristiano pidió penalti y lo que más hizo fue buscar a Coufal para tener contacto y engañar a Atkinson, aunque no lo consiguió. Poco a poco, el United fue arrinconando a un West Ham que se desquitaba a base de coletazos.
Lingard se llevó la ovación del respetable y él no quiso celebrarlo el 1-2. Con un pie fuera y otro dentro, el atacante envió un mensaje con un golazo a la escuadra de Fabianski gracias a un golpeo espectacular. Sus compañeros le dijeron que se fuera a la grada de su equipo al menos.
En el añadido, Shaw regaló un penalti al West Ham por una mano clara. Dejó el brazo extendido, como hizo De Gea poco después. Noble entró para lanzar la pena máxima y De Gea volvió a hacerse grande. Se quitó muchas espinas, puso una mano de hierro ante el misil de Noble y evitó la pérdida de dos puntos a los 'diablos rojos', que son colíderes con el Liverpool. El meta español se quitó muchas espinas.