Cristiano se evade entre la mediocridad
Un solitario gol del portugués en los primeros minutos de partido decidió un encuentro en el que Portugal se conformó y Rusia evidenció su extensa galería de carencias.
Decepcionó el Rusia-Portugal. Con medio billete para las semifinales en juego, se esperaba más de ambos conjuntos, que apenas amagaron con abrir el partido en la segunda mitad, pero sin que la sangre llegara al rio.
Un zarpazo certero de Cristiano bastó para poner a Portugal al borde de las semifinales. El delantero del Real Madrid sigue evadiéndose de todos los problemas externos que le rodean y alargó su gran momento de forma con otro tanto indispensable para Portugal, el primero que consigue en una Copa Confederaciones. Otra muesca más para su extensa trayectoria.
Empezó fuerte Portugal y Rusia se amilanó ante un rival que rebozaba confianza y poderío. Los cambios nutrieron a los lusos de mayor control de balón y en un buen centro de Guerreiro llegó el tanto de Cristiano. Se despistó la defensa y parpardear ante el capitán portugués es firmar una sentencia de muerte.
Cabezazo limpio y 0-1. Rusia no se levantó del golpe. Sintió miedo de encajar otro y le propuso una tregua momentánea a Portugal, que acarició el segundo en otra gran acción individual de Cristiano, esta vez sí, MVP del partido por méritos propios.
Aguantó Rusia para reponerse en vestuarios. Movió el banquillo, amagó con aceptar el intercambio de golpes, pero la anfitriona no hizo más que evidenciar las carencias de un equipo que no está para mucho. Portugal se dio cuenta y apostó por mantener el marcador.
Como siempre que se juega con fuego, pudo quemarse. Smolov rozó el empate en un par de ocasiones y un córner en el descuento paró el corazón de los aficionados lusos, que aún tienen muy fresco el gol de Héctor Moreno del otro día.
Pero Rusia no tiene 'punch'. Bastó el 0-1 en un partido que tiró hacia lo mediocre. Bastó Cristiano, que sobresalió casi sin querer para reivindicarse y poner a Portugal con un pie en semifinales. Rusia tendrá que jugársela con México. El escenario esperado para una anfitriona que ni siquiera logró llenar el estadio.