Burgos y Sporting se quedan sin comer

Fran Berrocal hace 1 año 1k
Burgos y Sporting no encontraron la receta del triunfo. LaLiga

Burgos y Sporting pactaron las tablas (0-0) en el choque que abrió la fecha dominical en la jornada 32 de Segunda División. El empate sin goles frenó el intento de 'play off' de los locales y aumentó las dudas de la permanencia en los visitantes.

El mantel se puso sobre la mesa y ambos equipos colocaron los cubiertos y las servilletas en torno a los platos, pero el alimento de los tres puntos se quedó en la nevera de plata. Pese al resultado, el partido fue digno del fútbol profesional y los dos merecieron más en ciertos tramos. En especial, el escudo de la izquierda en el marcador.

Burgos y Sporting se quedaron sin comer y pactaron el empate sin goles (0-0) en el duelo correspondiente a la jornada 32 de Segunda División. Lo que el cuadro de Julián Calero trabajó más en el cómputo global lo evitó el 'Pichu' Cuéllar, quien construyó un muro inexpugnable en El Plantío.

Curro Sánchez mereció almorzar

El nombre que marcó los compases locales fue Curro Sánchez. El '16' blanquillo se llevó la magia del fútbol a su zurda y no tardó en inquietar el bienestar de Miguel Ángel Álvarez desde la zona técnica. De hecho, un cohete magistral que armó en un palmo de césped acabó en la palomita del capitán rojiblanco, quien posó para la fotografía surcando los cielos y amargando el 1-0.

Además, el hombre que llevó la batuta ofensiva de los anfitriones se encontró con el larguero de la portería, a la par que Mourad envió el rechace a las gradas del estadio. El Burgos iba ganando la partida psicológica del encuentro, pero el Sporting no empequeñeció y dio un paso al frente antes del descanso. Pedro Díaz tuvo el 0-1 en su dominio y José Antonio Caro dejó la igualdad en el luminoso.

Pablo Insua cerró la cocina

El paso por los vestuarios reforzó la idea de Julián Calero, quien quiso revolucionar el asunto con Juan Artola y Sergio Castel en ataque, pero ambos efectivos pasaron hambre hasta el pitido final. Quien sí que dio un pase al frente para el beneficio asturiano fue Juan Otero. El colombiano pudo cambiar el destino de la permanencia con un misil que no acarició la escuadra, aunque el que realmente acabó en escena fue Pablo Insua.

El central que compitió a domicilio luchó por sus sueños, peleó hasta el final el balón suelto tras un saque de esquina que iba hacia las mallas y reventó con todas sus fuerzas el cuero para estropear lo que hubiese sido el 1-0 definitivo en el añadido. El sabor de boca que dejó lo vivido en El Plantío es de un Burgos decepcionado y un Sporting "satisfecho" y muy entre comillas. ¿Conclusión? Ambos se quedaron sin comer.

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