La Selección Española derrotó a la de Jordania en su último partido amistoso -aunque este se contabilizó como no oficial y, por tanto, de entrenamiento- antes del Mundial de Catar. 'La Roja' confirmó lo mejor, que Ansu Fati, la gran duda por su físico, se encuentra bien, y lo peor, que sus carencias defensivas no dejan de serlo por mucho que el rival sea de menor nivel.
La Selección Española, a unos pocos días del Mundial de Catar, venció a Jordania en un duelo amistoso que sirvió para arrojar varias conclusiones. Desde un punto de vista positivo, la mejor es que Ansu Fati, cuya convocatoria estuvo en duda hasta el final por su físico, parece encontrarse bien. Fue titular y rindió. Abordando el encuentro de peor gana, 'la Roja' muestra carencias defensivas que no dejan de serlo por mucho que el rival atesore menos nivel.
En el Estadio Internacional de Amán, un Luis Enrique con Álvaro Morata entre algodones y Gayà tocado optó por Marco Asensio como 'falso 9' y por Aymeric Laporte como lateral. Pau Torres y Eric García se encargaron pues del eje de la zaga, del que hay que reconocer que hubo varias desconexiones, sobre todo en la salida de pelota, por falta de contundencia. Es por eso que los locales dispusieron de oportunidades para anotar.
Además, jugó en contra de los españoles que su contrincante lo diera todo. Estaba enfrente un combinado nacional de primerísimo nivel y los jugadores que se veían las caras con él, ansiosos de destacarse ante su gente, estuvieron voraces en la presión alta, el catalizador de los peores errores de los de 'Lucho', y apasionados en cada oportunidad que disfrutaron. Brilló especialmente Al-Naimat, un incordio constante para los guardianes de Robert Sánchez y David Raya -cada uno jugó una parte-.
Ante la garra Jordana, se mostró especialmente endeble Pau Torres, que supuso problemas para España a la hora de conducir el balón en los alrededores de su área o tratar de alejarlo de allí. Esa es la razón por la que los asiáticos generaron mucho más peligro recuperando la posesión cerca de la portería rival que construyendo sus jugadas de cero. En este plano, el guion fue el esperado: España mandaba ante un grupo cerrado y rocoso.
Pero no todo son malas noticias: el relato del partido no estuvo solo en las dudas atrás y en las dificultades para avanzar. Ansu Fati, la gran duda confesa de Luis Enrique para su convocatoria, salió de inicio en una decisión llamativa del técnico, del que se podía esperar que le diera reposo y optara por dejarle entrar poco a poco. y ofreció las prestaciones que se esperan de él contra los grandes: es una amenaza cada vez que pisa la pelota.
Además, otros jóvenes en los que hay que confiar ante la ausencia de muchos veteranos consumados también disfrutaron de un buen día. Es el caso de Gavi, que, aunque marcara, destelló más por lo que hizo con el esférico cuando se lo pasaba a sus compañeros que cuando lo mandó al fondo de la red de Al-Fakhouri. Un recital de conducciones de pelota y asociaciones refrendó su candidatura a titular indiscutible junto a Busquets y Pedri, ambos en el banquillo.
Nico Williams, otro de los nombres propios de la expedición a Catar, hizo de revulsivo y funcionó. Firmó el tercer tanto del choque, el que lo sentenció, algo fundamental para que atesore moral antes de los encuentros importantes. El descaro de la juventud es lo que puede achispar a 'la Roja' y es bien sabido que, en esto del fútbol, la confianza es inherente a que los 'cracks' muestren su calidad.
El desarrollo anterior estudia lo que ocurrió en el partido centrándose en lo mejor y lo peor. Esto corresponde al plano de las sensaciones. En el del resultado, España cumplió. Quedó el gran lunar de que Jordania anotara el gol del honor casi sobre la bocina, aunque la realidad es que es justo: su equipo fue capaz de generarle bastantes problemas atrás a los de Luis Enrique y merecía esa alegría.
Esta diana la obró Rajaei Ayed en una contra durante el tiempo añadido. Recibió un centro desde la banda derecha, aprovechó que César Azpilicueta pateó el aire en lugar de la pelota para despejar y batió a un David Raya algo desubicado. Lo primero que hizo tras entrar para la segunda mitad fue tomar el esférico con las manos fuera de su área. De todos modos, esto no le condenó y poco más podía hacer en el mano a mano del 1-3.
Si ese gol no sirvió de nada, no sirvió de nada porque España ya había marcado tres. El primero llevó la firma de Ansu Fati en el minuto 13. Marco Asensio fabricó una jugada genial conduciendo hasta la frontal y habilitó a su compañero, que encontró oro en que el cancerbero contrario no estuviera nada seguro al bloqueo y le retó con un tiro no muy colocado, pero sí suficiente.
Ya en la segunda parte, Gavi y Nico Williams se encargaron del segundo y el tercer gol, respectivamente. El centrocampista del Barcelona, tras un recorte fantástico de Pablo Sarabia desde un costado del área -tiró al suelo al defensa que tenía delante sin tocarle-, cazó un balón nacido de un mal disparo de Carlos Soler, recortó y se ganó su particular momentazo en este test pre-Mundial.
El 1-3 del 'león' respondió a la tanda de revulsivos que animó los compases finales. Yéremy Pino le encontró con un balón al área que le venía botando, pero lo controló con maestría y no se complicó a la hora del remate. Puede parecer esto muy simple, pero se antoja fundamental para una Selección a la que siempre se le achaca que se enmarañe en lugar de mirar a portería y que ya ha refrendado lo mejor y lo peor que tiene antes del Mundial.