El Málaga evita que lo suyo se vuelva crónico

David Caravaca hace 1 año 1.8k
El Málaga ganó a la Ponferradina. LaLiga

El Málaga derrotó a la Ponferradina en la decimoséptima jornada de Segunda División. Los de Pepe Mel se impusieron en un duelo en el que llegó a haber la sensación de que su racha sin vencer iba a acabar teniendo que aceptarse como crónica: Rubén Castro falló un penalti y los bercianos se adelantaron con un gol rocambolesco anulado por mano de Agus Medina. Al final, los 'boquerones' vencieron con un tanto de Erik Morán en propia puerta.

Buenas noticias en el Málaga: la enfermedad del desierto sin ganar no es crónica. Estuvo a punto de certificarse como tal en la visita de la Ponferradina en la decimoséptima jornada de Segunda División. Los de Pepe Mel, por unos u otros asuntos, dispusieron de oportunidades para encarrilar un partido que se resistió, y mucho, hasta un gol en la segunda mitad que volcó los tres puntos en su favor con su correspondiente ejercicio de aguante atrás, el de cada día en la oficina de La Rosaleda.

Los de Pepe Mel, a los que les costó entrar en calor tras unos primeros compases en los que los bercianos llevaban la batuta, encontraron en Haitam a su mejor hombre cuando empezaron a competir como querían. El joven, desde la banda derecha, arrojaba toda la valentía y el descaro que un equipo puede necesitar para romper líneas defensivas. Aunque fue sustituido en el descanso, suya es la responsabilidad de varios centros, internadas y de un penalti que falló Rubén Castro.

El error del ex del Cartagena es uno de esos momentos que los aficionados 'boquerones' acogen no ya con incredulidad, sino con costumbre, pues parece usual, esta temporada, que Martiricos se quede con las ganas siempre que el triunfo se le pone de cara. En esta ocasión, un consumado veterano, en un lanzamiento desde los once metros del que es experto, se vio frenado en seco por Makaridze, que adivinó sus intenciones y las desbarató con la palma de la mano izquierda.

La pena máxima, como se ha mencionado previamente, la generó Haitam al controlar, a botepronto, un pase en largo. Gracias a cómo contactó con la pelota, el cancerbero, que había abandonado sus palos para despejar, se pasó de frenada, se equivocó y le propinó un manotazo en la cara a su rival en lugar de al esférico. Como consecuencia, el colegiado no tuvo que dudar mucho para señalar el punto fatídico.

Un rato antes, en el primer gol del partido, tuvo más trabajo. Burgos despejó mal un pase al área de Rubén Yáñez, la pelota dio en el hombro de Edu Espiau, se dirigió a la posición del portero y a este se le escapó el cuero de los guantes hacia atrás, con lo que la jugada se convirtió en un triple reto entre el cancerbero, su defensa Burgos y un Agus Medina que se sumó a la fiesta y, en el forcejeo, tocó la pelota con la mano para que esta entrara. Previa consulta con el monitor del VAR, Ávalos Barrera invalidó lo ocurrido.

La tercera gran acción del choque, tras la mano antes desarrollada y el penalti que erró Rubén Castro, explica que los tres puntos se quedaran en La Rosaleda. En un saque de esquina durante la segunda mitad, Erik Morán cubría a Escassi, le estorbó que un compañero que estaba justo delante no despejara y, como él tampoco lo hizo, la bola dio en su muslo y confundió a Makaridze, héroe antes y mero pasajero del 1-0 que sería definitivo.

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