Mallorca y Cádiz firmaron el empate en su duelo aplazado de la jornada 13 (1-1). Un encuentro de fútbol, pero sin fútbol, ya que ambos conjuntos estuvieron muy dispersos y apenas generaron ocasiones de gol. Un punto para cada equipo en un día para olvidar para los aficionados a este deporte.
Miércoles de Champions distinto, al menos, en Mallorca. El conjunto balear recuperó su partido aplazado de la jornada 13 ante el Cádiz, pero no pudo pasar del empate a uno pese a los numerosos intentos de los 'bermellones' para ver portería. Partido tosco, sin ocasiones y con mucha paciencia por parte de los aficionados de ambos equipos.
Ya desde los primeros minutos del choque se pudo ver a un conjunto local perfectamente plantado y con ganas de ser el dominante. Larin tuvo en sus botas el primero, pero su disparo se marchó por encima del travesaño.
El que no se marchó desviado fue el zapatazo de Rubén Alcaraz, que se coló por toda la escuadra. No se lo pensó el defensor y desde la frontal, en la falta directa, colocó la pelota a un sitio totalmente inalcanzable para Rajkovic.
Tras esto, hubo poco fútbol en Son Moix y ese poco lo puso el cuadro local. Sin embargo, las llegadas del cuadro 'bermellón' fueron muy aisladas y con poco peligro. Además, Larin y Abdón Prats no estuvieron especialmente acertados de cara al gol.
La primera mitad entró en su recta final y, en un despiste de la zaga visitante, el Mallorca puso el empate. Cabezazo imparable de Abdón a la cepa del poste derecho de David Gil para el 1-1.
Poco a poco, a los dos conjuntos se le fueron vinieron demasiado dispersos. Pocas ocasiones de gol. Poco fútbol y demasiadas interrupciones por faltas. Y lo poco que pasaba fue por parte del Mallorca. Saque de esquina al área, balón peinado y pelota que le quedó a Valjent, que tocó ligeramente, pero el esférico se estrelló en el palo. Se salvó el Cádiz.
El encuentro entró en su recta final con el Cádiz defendiendo en campo propio y el Mallorca con más ganas e intensidad. Llegó a la portería contraria el cuadro 'bermellón', pero apenas le generó peligro a David Gil. Se añadieron hasta 7 largos minutos, pero el encuentro estaba visto para sentencia. No cambió nada y tampoco se lo propusieron ninguno de los dos equipos.