Valencia y Espanyol van juntitos de la mano hacia la salvación. El conjunto 'che' y el 'perico', con muchas cosas en común a lo largo de esta temporada, dieron otro pequeño pasito para garantizar su continuidad en Primera tras un partido muy disputado. Una primera parte para los visitantes y un segundo acto para los locales, que se toparon con un Joan García salvador.
El guardameta blanquiazul volvió a demostrar que está en otra dimensión, aquella en la que quedó atrapado el equipo de Carlos Corberán en su intento de remontada. No llegó el desenlace esperado ni para unos ni para otros, ya que nadie se conformó con un empate que impidió a los dos posicionarse para luchar por el sueño europeo.
Capitán Puado
El Espanyol, que llegó a Mestalla henchido de moral tras tres victorias seguidas, no se dejó llevar y volvió a hacer efectivo el plan de los últimos partidos: líneas muy juntas sin conoceder el más mínimo espacio para complicar el juego 'che'. Los jugadores volvieron a cumplir con el cometido que les encomendó su entrenador y el conjunto de Carlos Corberán fue inexistente en el medio y también en el ataque. Lo más destacado de los de la capital del Turia fue un disparo alto de Barrenechea y un remate blando de Hugo Duro que ni le hizo cosquillas a Joan García.
Un Joan García del que sus botas casi nació el primero del encuentro. Un pelotazo en largo para Puado, una dejada para Edu Expósito y un chutazo al palo para encoger los corazones locales. Una acción llena de magia que a punto estuvo de dejar fuera de combate al guardameta que más paradas hace en esta liga. Sin embargo, el de Sallent de Llobregat pudo continuar para alivio de su entrenador.
A Manolo González se le vio muy concentrado y ni pestañeó con el gol de su capitán. Puado, que ya lanzó una advertencia a los 36 minutos con un cabezazo al que le faltó fuerza, metió la punta de la bota en una falta de Edu Expósito para adelantar a los blanquiazules. Un ligero desvío con la pierna para desorientar a Mamardashvili y desatar la euforia visitante. Ya en los instantes finales, Javi Guerra se topó con el guardián del Espanyol y Roberto le ganó un salto a Foulquier para quedarse a centímetros del gol.
Un poco de guerra y un milagro
Tras la reanudación, el Valencia salió con mucho ímpetu, con otro aire para intentar empatar el choque cuanto antes. Al Espanyol le tocó apretarse los machos porque sabía lo que se le iba a venir encima. La fluidez 'che' se notó muchísimo y eso mejoró el juego de un equipo que encontró el camino del gol. Después de un tramo de 12 minutos dando guerra, fue Javi Guerra el que se encargó de agitar el puño en Mestalla. Gran jugada colectiva de los de Corberán que termina con un balón exquisito de Luis Rioja para que el '8' cruzase para empatar.
El conjunto de la capital del Turia quería más e intentó aprovechar el golpe que recibió el cuadro blanquiazul para voltear el marcador. Sin embargo, la figura de Joan García emergió y dijo 'aquí estoy yo'. Ya son más que habituales sus milagros jornada tras jornada y en el inicio de la 33ª no iba a ser menos. Un balón llovido desde la derecha, una peinada de Gayà y el 'perico' agitó sus alas para volar y negar el 2-1. El pan de cada día. Otra más para un repertorio que sigue engrandeciendo a un portero que sigue sorprendiendo al fútbol español.
Tras esa acción, el encuentro bajó sus revoluciones pese a que el Valencia lo siguió intentando. Ni Rafa Mir, ni Luis Rioja, ni nadie. En el otro bando, el Espanyol era incapaz de dejarse ver por el área de Mamardashvili. Ni se cuentan ocasiones en el área del georgiano en el segundo acto. Un reparto de puntos más que justo para dos equipos que están más cerca de la permanencia, pero más lejos de Europa.