La Juventus ha dado un paso en firme para conseguir uno de los billetes que dan acceso a la próxima edición de la Champions League. El equipo de Pirlo respira tras un final absolutamente desmadrado, con mucha polémica y el 3-2 de Cuadrado, que resolvió la cita con el campeón de la Serie A, el Inter de Milán, desde el punto de penalti.
Le tocaba a Conte regresar a Turín. Allí vivió y disfrutó de muchas alegrías, pero la realidad de la Juventus ahora es bien distinta. Los de Pirlo han pasado a luchar esta temporada por entrar en la Champions, y el triunfo de este sábado les acerca a ese objetivo, por el que seguramente tendrán que luchar frente al Nápoles hasta el final.
Solo le valía ganar a una Juventus que ha perdido la confianza en sí misma. Pirlo no consigue levantar la moral de los suyos, ni tampoco conectar a Cristiano en la dinámica del resto de sus compañeros. Hay una desconexión importante en Turín. Y el Inter, pese a no jugarse nada, estuvo a punto de rascar un punto de Turín.
Hasta en tres ocasiones se tuvo que adelantar la Juventus. Lo hizo por primera vez en el minuto 24, cuando Cristiano Ronaldo aprovechó el rechace de su propio penalti, el cual repelió Handanovic en primera instancia, para poner en ventaja a los suyos. La 'Vecchia Signora' comenzó mejor y logró ese 1-0 tras un claro agarrón a Chiellini en un saque de esquina.
El VAR fue clave en esta cita. Tuvo que intervenir en esa decisión, ya que no lo había visto el colegiado, señalado al final por las decisiones polémicas del encuentro. La Juventus, sin embargo, nunca llegó a dominar de cabo a rabo el partido. Tras el 1-0, el Inter dio visos de gran facilidad para llegar con peligro a la meta de Szczesny.
Lo buscó Cristiano, que llegó a una cifra simbólica. El luso, siempre participativo pero, al mismo tiempo, errático. No está fino el portugués, que está pidiendo el final de la temporada a gritos. Y en el 34', tras un pisotón desafortunado de De Ligt sobre Lautaro (y otra participación del VAR), Lukaku hizo el empate en el electrónico turinés.
Pero fue el día de Cuadrado. El colombiano apareció especialmente en dos momentos clave para decantar el encuentro. El primero fue en el tiempo de añadido del primer tiempo. Probó el disparo en una pelota rechazada en la frontal y, tras tocar en un defensor, batió a un Handanovic excesivamente lento de reflejos en esa acción.
Con ventaja en el segundo tiempo, la Juventus volvió a perder peso, sobre todo tras la innecesaria expulsión de Bentancur. Se equivocó el centrocampista 'bianconero' al meterse en la carrera de Lukaku, que cayó al suelo. La jugada, eso sí, deja dudas, pues el contacto es leve y sin voluntad de hacer daño. Una pugna de toda la vida.
La Juventus se embotelló. Para más inri, Cristiano fue sustituido y entró Morata. El equipo perdió presencia en ataque y el Inter encontró el premio final en el 83': centro al área con mucho peligro y, tras un forcejeo entre Chiellini y Lukaku, la pelota acaba entrando. Pero el gol fue anulado en primer lugar. Tuvo que avisar el VAR de que fue Chiellini quien agarró a Lukaku, y no al revés.
Y cuando parecía que el empate a dos no se iba a mover del electrónico de Turín, la fortuna sonrió a un cuestionado Pirlo con la pena máxima que decidió este loco partido. Cuadrado se adentró en el área por el costado diestro y Perisic, que estuvo poco inteligente, le tocó lo justo en un penalti muy discutible. El colombiano lo anotó, la Juve ganó y la zona Champions sigue que arde en la Serie A.