La duración de la carrera deportiva de un futbolista se alargará 'lo que el cuerpo aguante'. Concretando algo más, los años como profesional dependerán de cómo se cuide y de cómo adapte su evolución física con el paso de los años.
El cuerpo humano es un reloj silencioso que, poco a poco, va pasando factura. En el caso de los deportistas de élite el impacto será mucho más importante si el deportista en cuestión no lleva un estricto plan de cuidados.
Como profesionales que viven del fútbol, los jugadores querrán jugar el mayor número de temporadas, al mayor nivel posible. Cada uno es un mundo, posee características físicas y de juego diferentes que condicionarán dicha evolución física.
La vida laboral de un futbolista suele comenzar, de manera profesional, a los 20 años. Durante 10 años aproximadamente, y siempre que las lesiones lo permitan, el nivel de rendimiento estará en sus mejores niveles. Son los años a partir de los 30, los más difíciles.
La disminución del rendimiento de un futbolista se hace siempre mirando números y estadísticas, pero desde el punto de vista físico es mucho más difícil determinar en qué punto exacto el rendimiento comenzará la curva descendente.
Existen estudios en corredores de fondo que han demostrado que a partir de los 30 años, aproximadamente, la velocidad tiende a reducirse en un 0,2% por año envejecido. Así mismo, señalan que la capacidad cardiovascular se reduce en un 0'5% por década en deportistas entrenados.
Pero a pesar del paso de los años, un futbolista con 30 años tiene muchas posibilidades de seguir ofreciendo grandes beneficios a su equipo. Cristiano Ronaldo es un buen ejemplo de ello. El portugués está considerado un 'super atleta' con unas condiciones físicas excepcionales.
CR7 se cuida a la perfección. Jamás se salta sus hábitos nutricionales, tiene perfectamente estructurados los descansos, y sus entrenamientos están adaptados perfectamente a sus características.
Ahora bien, siendo cierto todo lo anterior, es evidente que el juego y la incidencia de Cristiano Ronaldo en su equipo ha variado a lo largo de los años, incluso su posición en el campo. Además, desde la pasada temporada, el portugués ha entendido la importancia de dosificar esfuerzos.
Hace tiempo que no se ve a Cristiano realizando cabalgadas por la banda y cada vez son menos los cambios de ritmo explosivos. Sin embargo, tiene más acierto en los remates a portería gracias a una posición más adelantada en la que aprovecha otras cualidades físicas.
Pero, además del cuidado de la alimentación, la musculatura y el entrenamiento, para un jugador de élite que pasa la treintena es clave mantener alta la motivación para seguir compitiendo con los jóvenes que aparecen en plena forma física. Una vez más, Cristiano Ronaldo es un ejemplo a seguir.