Adiós al chico malo de la Liga

BeSoccer Pro hace 3 meses 59.1k
Damián Suárez deja la Liga. BeSoccer Pro

Después de 9 temporadas en el Getafe, Damián Suárez rescindió su contrato para cruzar el 'Charco' y jugar al fútbol más cerca de su familia. El clásico lateral derecho de José Bordalás se despide de una competición en la que, aunque no ha destacado por una cosecha de títulos fulgurante o unos destellos técnicos especialmente estéticos, se ha convertido en uno de esos jugadores difíciles de olvidar. BeSoccer Pro le pone de frente a su pizarra estadística.

El doble lateral. Las tarascadas. Etik ten Hag fuera de sí en Ámsterdam. Descender. Ascender. Una bronca del árbitro. Un careo con el extremo rival. El 'patapúm pa'rriba'. 'Fútbol champagne'. No hacen falta títulos, no hace falta un saco de golazos, no hace falta un pase de tacón o una ruleta marsellesa. Lo único necesario es ser inolvidable y Damián Suárez, a su manera, ha conseguido serlo en la Liga Española. Más en concreto, en el Getafe, que se despide de él. BeSoccer Pro también quiere hacerlo y ha pedido permiso a la estadística para ello.

Decir adiós a este maestro de las artes oscuras del balompié es ver marchar al jugador con más partidos en la historia azulona en Primera División. Con 240, Dakonam Djené no tardará en alcanzarle. Ya va por 226. El siguiente en el podio, David Soria, que cuenta 202 citas, tampoco debería emplear demasiado tiempo en rebasarle. Aun así, la rueda de prensa y el homenaje al uruguayo se produjeron con su figura en lo más alto del 'ranking'.

Su periplo en el Coliseum -o Coliseum Alfonso Pérez, pero el estadio se quedó sin apellidos porque Alfonso opinó, un día, que el fútbol femenino no se puede comparar con el masculino- se ha caracterizado por marcar una era en la que no solo se ha aupado a los mayores registros porque sus entrenadores le usaran mucho, sino porque era prácticamente una obligación en sus onces iniciales. No en vano es también líder en titularidades -229- y minutaje -19.754- de nuevo por delante de unos Djené -224 y 19.635- y Soria -202 y 18.175- que le rebasarán en breve.

El trabajo de Damián Suárez ha sido el de la entrega, el arrojo y la valentía. Sí, le ha costado multitud de tarjetas y amonestaciones. Y sí, no es el más estético, pero ha interpretado a la perfección las necesidades de un proyecto que nunca ha contado con el respaldo económico de sus rivales más potentes en la Liga y, en consecuencia, debía compensar la ausencia de jugadores más diferenciales o de mayor calidad con un esfuerzo extra cada fin de semana.

El lateral ha conocido esta dinámica con Fran Escribá, que le llevó del Elche a la capital -sus inicios se dieron en el Sporting de Gijón-, con Juan Esnáider, con Míchel y con Quique Sánchez Flores, pero, sobre todo, con José Bordalás, el entrenador que más ha tallado su trayectoria y, probablemente, su vida. Es el que más tiempo le ha tenido a sus órdenes -1971 días, 217 partidos- y el que mejor ha conectado con él a la hora de trasladar al campo que al contrincante hay que dejarle claro que, si hay que ir al choque, se irá.

BeSoccer Pro recoge el eco estadístico de estas prácticas viéndole como el futbolista con más cartulinas amarillas de la historia azulona en Primera División -87- unos cuantos escalones por delante de Djené -64-. El saldo es de más de un aviso por cada 3 encuentros, un promedio al que no se asoman ninguno de los demás integrantes del 'ranking', en el que también figura, como tenedor del bronce, Mauro Arambarri -50 advertencias en 180 citas-.

No sorprende pues que Damián también sea el que más faltas ha cometido en el viaje del conjunto madrileño por la élite. Ha parado el juego en 373 ocasiones a lo largo de los antes mencionados 240 enfrentamientos. Puede parecer un deshonor. No lo es. Es el motivo por el que los suyos han podido sacar de sus casillas a plantillas de altos vuelos como el Ajax de Erik ten Hag, que fue eliminado en el 'play off' de la Europa League prepandemia con los neerlandeses ojipláticos: nadie entendía cómo la expedición española podía haber planeado un duelo tan enfangado.

Es comprensible que el nombre del charrúa haya estado en el dorso de las tarjetas de tantos árbitros cuando se trata de un futbolista que no le teme al choque. Su total de duelos defensivos, de 1.986, le sitúa, de nuevo, como la principal referencia de los libros del Coliseum en la categoría de oro. Mantiene a raya así a Arambarri, con 1.426, y Djené, con 1.424. Su ratio por evento, de 2.875, es un reto inasumible para sus compañeros. Nadie va tanto al bulto.

Y es por esta forma de pilotarse en el campo que también aparece en la plata de las intercepciones, con 1.020, solo por detrás de Djené -1.160- y viendo a Maksimovic -915- en su espejo retrovisor. Del mismo modo, es el 2º exponente en recuperaciones con 2.191. En este plano, sí que le gana de sobra Djené -2.999-, pero él se regodea varios escalones por encima de Arambarri -1.528- en una evidencia de que su trabajo defensivo va mucho más allá de las infracciones y el botón de pausa del reloj del colegiado.

Qué felices fuimos en Ámsterdam

Preguntado, en su despedida, por su mejor momento en el Getafe, Damián Suárez no dudó. Su pícara sonrisa tampoco. Ámsterdam. En el febrero de 2020, los azulones se cruzaban con el Ajax de Erik ten Hag, ese de Hakim Ziyech, Donny van de Beek, Lisandro Martínez o André Onana. Ese Ajax. El 'play off' previo a los octavos de final de la Europa League había regalado a los de Bordalás la oportunidad de internacionalizar su concepción del fútbol. Vaya si lo hizo.

"Los partidos que más me marcan son los del Ajax, el del Coliseum y el de Ámsterdam. Nadie apostaba por el Getafe, lo dio todo y conseguimos pasar de fase gracias a un gol de mi amigo Jaime Mata. Me quedarán toda la vida esos dos partidos", verbalizó esta semana en sala de prensa. En efecto, la ida se resolvió con un gol de Deyverson y otro de Kenedy; la vuelta, con el de Jaime Mata antes de que Danilo Pereira y Carel Eiting echaran picante a la eliminatoria.

Aquel choque en el Johan Cruyff Arena llevó a Ten Hag al borde de la locura. No solo no era capaz de anticipar los movimientos, las jugadas de los futbolistas del equipo español, sino que llegó un punto en que ni siquiera comprendía qué era lo que estaba pasando. Entre protestas desde la banda e instrucciones a sus pupilos, de hecho, acabó enfrentado a Bordalás después de que este se dirigiera a Daley Blind, algo que no le hizo ninguna gracia a su homólogo. Ahora, Blind milita en el Girona y oposita a ganar la Liga. El deporte tiene estas cosas.

"Me metí en la discusión porque yo doy la cara por mis jugadores y, entonces, me sacaron una tarjeta. (Bordalás) Empezó a discutir con Daley Blind y eso es algo que nunca deberías hacer como técnico visitante", comentaba, a la sazón, el preparador neerlandés en su televisión patria 'RTL 7'. También reconocía que, si se quedó fuera de la competición, no fue solo por faltas e interrupciones: "No lo hicimos bien, no hubo suficiente apoyo desde atrás ni estructura".

Y ahí estaba Damián Suárez, por supuesto, para enfrentarse a Blind, a Babel, a Eiting, a Van de Beek, a Tadic o a quienquiera que hiciera falta para que el Getafe pasara de ronda. Lo hizo y algunos de los partidos de ida de octavos se jugaron antes de la cancelación de eventos deportivos por la pandemia del coronavirus, pero no su cita con el Inter de Milán, que tuvo lugar en el estadio del Schalke 04, el Veltins Arena, en una sola sesión. Christian Eriksen, Romelu Lukaku, Lautaro Martínez, Nicolò Barella, Diego Godín, Ashley Young... Fue demasiado para los 'Bordalás boys', que cayeron por 2-0 y se despidieron con honor, igual que lo hace ahora su jugador más asiduo en Primera División. Si, en el futuro, coincide con Ten Hag o con cualquier aficionado de aquel Ajax y se le piden explicaciones, la respuesta la tendrá clara: "Fútbol, papá".

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