David Gil tuvo que salir al campo en el partido contra el Lugo y cumplió con creces. Entró debido a la expulsión de Cifuentes y llevó a cabo unas cuantas paradas de calidad. No pudo evitar el empate, pero dejó claro que puede cumplir con lo que se le pida.
Minuto 31. Cifuentes arrolla a Gerard Valentín y le expulsan. Es el momento de David Gil. Calienta un poco y salta al terreno de juego por primera vez en casi dos meses. Cumple con creces, hace su trabajo y demuestra que puede darlo todo cuando se le necesita: fue una gran actuación por su parte.
La primera jugada de peligro fue al poco de ingresar al verde. Un disparo de Rahmani de cabeza no le superó por poco, pero no hizo falta que interviniera. Lo fuerte de sus actuaciones iba a residir en la segunda mitad, donde hizo que el empate del Lugo se hiciera esperar.
En el 63', sacó una mano providencial para evitar que un zapatazo de Rahmani se colara en la red. Diez minutos más tarde, amargó a Carrillo evitando desde bastante cerca de nuevo la igualada. El siguiente tiro, también de Carrillo, que iba raso, lo detuvo igualmente.
Llegó a pasar por molestias físicas, de hecho. Los médicos salieron a atenderle y le colocaron un vendaje compresivo: siguió adelante. Cuando no pudo hacer magia de nuevo fue en el 1-1 definitivo. A la tercera fue la vencida y Carrillo le batió a menos de dos metros de la meta; no tuvo tiempo para reaccionar.