Reparto de puntos entre tanta locura. Alavés y Leganés firmaron tablas en Mendizorroza (2-2) en un partido extraño sin goles en la primera mitad y con 4 tantos en la segunda. El gol del empate llegó en el 89', justo después de la expulsión de Ely.
La espontaneidad del fútbol, lo que más gusta al aficionado que se sienta en su sofá una mañana de domingo para comenzar la jornada liguera, lo que saca los instintos más pasionales de cada uno, estuvo en Mendizorroza y fue protagonista.
Otro ejemplo más del 'no importa cómo empieza, sino cómo acaba'. Otra lección del 'hasta el minuto 90 no se puede celebrar la victoria' y de que hay que buscar el gol hasta el último momento. Con un 2-0 en contra, al Leganés le valió el cuarto de hora final para empatar y revolucionar a un Mendizorroza que pasó de soñar a vivir la dura realidad en un suspiro.
Sobraron 45 minutos, los primeros. El frío, la hora y el ambiente parado no acompañaron a dos equipos con más espíritu que ideas. El Alavés demostró que sabe tener el balón, pero que le cuesta aprovechar el dominio, los 'pepineros', que sufren porque saben y pueden sacarle rentabilidad a los momentos complicados. De hecho sólo El Zhar supo causar peligro en la primera mitad con un mano a mano demasiado mal ejecutado.
Revolución ante la locura
Segunda mitad: lavado de caras y montaña rusa. El partido pasó de ser un cero a la izquierda a crecer de dos en dos. El marcador, inhóspito, se animó al minuto de salir de vestuarios con un regalo de Guidetti a Munir. Cuatro minutos después, el luminoso siguió bailando con un oportunista gol de Pedraza a rechace de Cuéllar. Del 0-0 al 2-0 en cuatro minutos.
Mendizorroza era una fiesta. Se veía cerca la victoria y unos tres puntos de oro para alejarse de la zona roja de la tabla. Dominaban en el verde y en el marcador, pero fueron a por el tercero. Munir aumentó la renta pero el árbitro invalido el que habría sido su segundo gol por fuera de juego.
El Alavés había conseguido la hegemonía en su feudo y ante la hegemonía, revolución. Atacaba tímidamente el 'Lega' hasta que Guidetti, en una acción polémica y muy protestada, provocó un penalti por mano que transformó Gabriel Pires en esperanza para la remontada e hizo que los 'pepineros' sacaran las garras.
El punto de inflexión llegó a tres minutos del final. Ely se marchó a la calle tras una disputa aérea, también en una decisión polémica, y de esa falta en línea de tres cuartos nació el centro que dio lugar al gol de Zaldua en el 89. Un tanto que supo a triunfo para el Lega, que parecía haber asimilado la derrota poco antes del penalti, y que castigó duramente al Alavés, que podría quedarse a un punto del descenso si el Dépor da el campanazo en el Bernabéu.