En el fútbol, el poder celebrar un gol es un hecho que no siempre se da cuando uno quiere. Por ello, los futbolistas, fruto del éxtasis, a menudo protagonizan acciones de las que después se arrepienten.
Están los que se lesionan durante la celebración, los que hacen gestos inoportunos incluso después de haber perforado la portería rival... y los que son expulsados.
Esto último le sucedió a Jackson Conway en el encuentro de este miércoles entre el filial del Atlanta United y el de Miami FC. Los suyos se llevaron la victoria, pero el jugador la complicó innecesariamente.
Fue él quien anotó el tanto del triunfo a falta de 20 minutos para la conclusión, pero se quitó la camiseta durante la celebración y, claro... ¡vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez el resto del partido!