De jugar una final de Champions a vivir en la indigencia

Juan Ribón hace 6 años 424.8k
La carrera de Emmanuel Eboué cambió para siempre con su marcha a Turquía. AFP

La carrera de Emmanuel Eboué ha pasado de la cima a la ruina en cuestión de años. Llegó a jugar la final de la Champions, pero ahora tiene que vivir en casa de un amigo, escondiéndose de la Policía, asediado por una enfermedad mental.

Eboué sólo tiene 34 años, pero su carrera ya es historia. Pasó siete años en la Premier League, ganó una FA Cup y se quedó a las puertas de la Champions, pero el Barça de Rijkaard le privó de las mieles del éxito.

Cuando en 2011 puso rumbo al Galatasaray, su carrera comenzó un declive que fue más allá de lo futbolístico. Estuvo casi un año sin equipo, hasta que el Sunderland le dio una oportunidad. Duró un mes.

La pista se le pierde a continuación. Reapareció esta temporada en el fútbol chipriota, al menos nominalmente. No ha jugado un minuto, porque su vida es un infierno.

Una enfermedad le ha obligado a colgar las botas. Una enfermedad de caracter psiquiátrico que ha arruinado su vida tal y como la conocía.

Ha pasado de vivir en una mansión en Londres a un colchón en el cuarto de estar de un amigo. Su divorcio le ha costado su patrimonio, y no puede pagarse un piso. Incluso llegó a contemplar la posibilidad de suicidarse.

"No me puedo permitir el dinero para pagar un abogado", reconoció. Su divorcio fue de todo menos amistoso, y Eboué lo perdió todo a favor de su ex mujer.

"Estoy dentro de la casa, pero vivo con miedo. Porque no sé cuándo podría venir la Policía a por mí. A veces apago las luces porque no quiero que la gente sepa que estoy dentro, y atranco la puerta por dentro", confesó.

Sin embargo prometió luchar por lo que considera una injusticia. "Venderé mi ropa si hace falta. Lucharé hasta el final porque no es justo", dijo al diario 'Mirror'.

Reconoció que su falta de educación ha sido la culpable de esta situación. "He sido inocente. Firmaba lo que me decían que firmara. En Turquía gané ocho millones de euros, siete fueron para mi mujer", explicó.

"Todos los días me lavo los jeans, la ropa, todo. Mis manos están duras. Como si hubiera estado trabajando en una granja", reveló también.

Eboué volvió a Londres, pero trata de pasar desapercibido entre la multitud. Y de hecho, cuesta reconocerle. Aquella estrella del Arsenal ahora es un ciudadano anónimo que lucha por salir adelante.

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