Dedé abre la puerta y Boca se cuela en 'semis'

Carlos Torregrosa hace 5 años 2.9k
Boca se las verá con Palmeiras. EFE

Boca logró el billete para las semifinales de la Copa Libertadores con sufrimiento. Cruzeiro se volcó en busca de una remontada que nunca llegó.

Boca jugó con fuego, pero el agua apareció antes que la llama. Y ese agua pudo ser Dedé, que dejó a los suyos con uno menos cuando más apretaban los locales.

Desde el principio, se supo quién defendía resultados y quién se la jugaba. Cruzeiro tardó 20 segundos en disfrutar de su primer disparo a puerta. Toda una declaración de intenciones.

Los de Guillermo tardaron en entrar en el partido. No era fácil el papel 'xeneize' en el Mineirao. Las derrotas en el 'Superclásico' y en la Copa Argentina, donde cayeron eliminados en el 90', pesaron lo suyos en los días previos.

Pero, al menos, Boca tuvo orden atrás en el primer tiempo. Sus acciones ofensivas, inocentes y aisladas, fueron contrarrestadas por una defensa seria y un Rossi más que seguro. Algo que no se repetiría en la segunda mitad por parte del meta.

Vísteme despacio que tengo prisa

Neves y Barcos llevaron el peso ofensivo de los de Menezes. El ímpetu era tal que, en algunas acciones, se volvió en contra de Cruzeiro, que acusó las prisas en ciertas ocasiones.

Los argentinos parecían tener controlado el cotarro, aunque con los riesgos perceptivos de salir a que no te marquen y poco más. Los de Belo Horizonte parecían niños enfurecidos que no podían pasar del dedo en la frente de un sosegado padre.

Al filo del descanso, tras 45 minutos de un par de llegadas 'xeneizes' y un vendaval algo estéril en el área de Cruzeiro, los locales lograron batir a Rossi. Sin embargo, el árbitro salvó a Rossi, al que se le escapó el balón de las manos, al considerar juego peligroso de Dedé.

El segundo tiempo empezó igual que el primero. Arreón, ocasión y 'uy' en la grada. Pero la sangre no llegó al río. Eso sí, el meta visitante ya empezó a mostrar ciertas inseguridades que se harían más que notorias a lo largo del juego.

En el 58', llegó el tan buscado premio brasileño. Sassá recogió un balón sin dueño en el área cuando llevaba pocos segundos en el campo y llevó la locura al Mineirao. 1-0 y más de media hora por delante. Se olía la remontada. Pero nunca se degustó.

Y no llegó a mayores, en gran parte, por culpa de Dedé. La CONMEBOL le perdonó la roja de la ida, pero el defensa no aprendió demasiado. Vio la segunda tarjeta a los 81 minutos, lo que mató a Cruzeiro.

Antes, durante la avalancha de la 'Raposa', el árbitro señalizó un penalti que el juez de línea revocó por fuera de juego. El ambiente se caldeó, las pulsaciones aumentaron, pero la expulsión devolvió el mercurio a su sitio.

'Semis' pese a Rossi

Eso sí, la inseguridad de Rossi, que firmó varias salidas en falso, pudo haber cambiado todo. Cuatro minutos antes, Ábila mandó al palo el billete de semifinales cuando estaba completamente solo. Un pase con el que jugó Rossi.

Se le fue de las manos un balón manso que caýo en pies de Neves. Solo la reacción del portero a su propia cantada dejó a la grada con la cara de desesperación cuando este se fue al suelo para salvar el empate cerca de la línea.

Al final, Pavón empató en el 94' para sellar una victoria con más premio que juego y brillo por parte de Boca. Cruzeiro hizo su trabajo y sus fieles pueden estar orgullosos de un equipo que nunca tiró la toalla.

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