Dembélé ya gana títulos
Un derechazo del francés desequilibra una igualada final entre el Sevilla y el Barcelona. Los azulgranas, supercampeones, son los primeros triunfadores de la temporada en España.
El Barcelona se llevó el primer título en liza de la temporada en España y lo hizo en Tánger, en una extraña Supercopa que se recordará siempre y que acabó remontando al Sevilla con mucho oficio. A diferencia de la final de Copa, en la que el Sevilla no fue rival, los andaluces plantaron cara, pero la suerte les fue esquiva ante una de sus bestias negras una vez más.
Azulgranas y sevillistas comenzaron el choque con una suerte de empate técnico. Unos, por escaso rodaje; los otros, por exceso de preparación y minutos por la Fase Previa de la Europa League. Machín no cambió demasiado el decorado de los últimos Barça-Sevilla. Los 'culés' dispusieron de su elemento, el balón, y los hispalenses intentaron explotar el contragolpe.
La primera parte fue bastante igualada. El Sevilla se adelantó pronto en una acción en la que se estrenó el VAR en el fútbol español. Sí, el videoarbitraje se estrenó de manera oficial en España... en Tánger. El Barcelona achicó mal en la presión y un mal despeje se convirtió en asistencia de Jordi Alba a Muriel. El colombiano caracoleó ante Piqué y cedió para Sarabia, que batió al primer toque a Ter Stegen.
El tanto, que fue anulado en primera instancia, fue revisado por Del Cerro Grande a través de sus ayudantes en la sala VAR y acabó subiendo al marcador. No había fuera de juego del interior y el Sevilla, a diferencia de lo que sucedió en la Copa del Rey, tenía la final donde quería.
Pocas ocasiones
A los de Valverde les costó volver a la final tras el tanto. Su mayor posesión no se traducía en ocasiones de peligro y sólo por la banda de Jordi Alba (y con cuentagotas) se apreciaba un atisbo de reacción. Tanto el lateral como Messi se toparon con un Vaclík que lo rechazaba todo, pero que mantenía el peligro en el área por su poco tino a la hora de blocar el balón.
El paso de los minutos intensificó el dominio 'culé', que estuvo cerca de cristalizar en el empate en un cabezazo de Lenglet que se fue por encima del larguero en una acción a balón parado. Con el Sevilla achicando balones ante un impreciso Luis Suárez, el Barcelona iba a terminar por empatar todavía en la primera parte.
Fue en una acción en la que Banega, a la desesperada, derribó a Arthur en la frontal. Messi mimó el balón y lo puso lejos del alcance de Vaclík, pero el esférico se topó con el palo izquierdo del arquero checo. Piqué, a portería vacía, no perdonó y subió el empate al marcador en las postrimerías de la primera parte.
Todavía antes del pitido de Del Cerro Grande, Sarabia estuvo a punto de volver a poner en ventaja a los suyos de nuevo tras una gran acción de Muriel. El colombiano rompió esta vez a Semedo y sirvió el pase de la muerte al español, que se topó con una mano salvadora de Ter Stegen.
Valverde gana el duelo de los banquillos
Tras el paso por las duchas, Valverde y Machín introdujeron sus primeras variantes. Más agresivo fue el 'Txingurri', que ya dejó en el vestuario a Rafinha -entró Rakitic- y enseguida reemplazó a un buen Arthur por Coutinho. André Silva y Aleix Vidal suplieron por parte sevillista a unos fundidos Muriel y Sarabia.
Los minutos, en cualquier caso, caían como losas en dos equipos aún no preparados para un combate de tanto peso. Y a igualdad de fuerzas, el Barcelona, con mucha más calidad, empujaba al Sevilla hacia su área. Vaclík intervino ante Luis Suárez y Messi y salvó a los suyos con una doble parada milagrosa, pero no podría hacer nada ante el latigazo de Dembélé de sólo un minuto después.
El francés recibió, se acomodó el balón y puso un misil al cielo de la portería del Sevilla ante el que nada pudo hacer el guardameta checo. Casi sin creérselo, el francés celebraba, sabedor de que podía darle al Barcelona su primer título.
Los azulgranas lo ganaron gracias a él, pero también merced a Ter Stegen, protagonista indiscutible de los últimos cinco minutos del choque con un penalti muy polémico que cometió ante Aleix Vidal y que quedó en anécdota después de adivinarle el lanzamiento a Ben Yedder.
Final de altas revoluciones con epílogo parecido al que últimamente dejan los Sevilla-Barcelona, con los azulgranas celebrando y los andaluces imaginándose lo que pudo ser y no fue.