Dos chispazos en quince minutos y a dormir

Juan Ribón hace 5 años 7k
Paulo Dybala abrió el marcador con un acrobático remate. AFP

La Juve pudo haber goleado sin piedad a un Bologna, pero los de Allegri se conformaron con hacerle dos goles en un rato al poco de comenzar el partido. Los 74 minutos jugados desde el gol de Matuidi difícilmente pasarán a la historia del fútbol.

Salió con ganas de arrollar la Juventus, pero pronto se encontró enfrente con un Bologna aguerrido, sin nada que perder y con ganas de sorprender.

Dybala, titular en la dupla de ataque junto a Cristiano, dispuso de la primera para la Juve, aprovechándose de una falta de entendimiento entre el portero, Skorupski, y su zaga.

Superado ese susto inicial, el Bologna dio un paso al frente y empezó a apretar un poco a la Juventus, pero pronto quedó claro que no era rival para la 'Vecchia Signora'.

No aportó nada más allá de un inocente acercamiento que un error de Perin hizo que pareciera más peligroso de lo que en realidad fue. Únicamente sirvió para despertar a la bestia.

Pero la bestia no fue Cristiano, muy gris hoy, por no decir desaparecido. Fue Matuidi, con permiso de Paulo Dybala. Se activaron las contras de la Juventus y murió el Bologna.

El primer gol nació de una asociación fortuita entre argentino y francés que culminó el primero. El balón golpeó en la chepa de Dybala, le cayó en el punto de penalti a Matuidi, pero su voleón lo detuvo Skorupski.

Dybala siguió el rechace y con un remate acrobático logró batir al meta polaco. Era el minuto 12 de partido, y el Bologna empezó a zozobrar.

Cuatro minutos más tarde, otra contra iniciada en campo propio volvió a acabar en gol. En esta ocasión consistió en un centro al segundo palo para Cristiano, pero el luso no llegó a tiempo. Su remate más bien fue un centro al otro lado del área, donde estaba Matuidi, quien en esta ocasión no falló.

El Bologna se deshilachó con esas dos acciones. Cristiano quería su parte del pastel y cerca lo tuvo a los 27 minutos, pero la zaga evitó que rematase de cabeza y, para colmo, Skorupski le arrolló cuando el polaco saltó para atrapar el balón.

Falcinelli trató de recortar distancias antes del descanso, pero estuvo tan poco acertado de cara al gol como sus compañeros a la hora de generar ocasiones de peligro, y la Juve sesteó.

Durmió el partido, con pases fáciles, sin arriesgar. Sin ni siquiera buscar desmarques o probar el uno contra uno. Así terminó el primer tiempo, y así empezó el segundo.

La grada seguía animando, pero por momentos uno pensaría que lo hacían para tapar los sonoros ronquidos de muchos otros espectadores. La Juve hizo los deberes y no se la jugó lo más mínimo desde entonces.

A la hora de partido Joao Cancelo se saltó el guión, con un zapatazo lejano que el portero polaco del Bologna mandó a córner. Pero fue la excepción a la norma. Por no intentar, la Juve no intentó ni siquiera buscar a un Cristiano que no parecía especialmente ansioso por marcar esta vez.

Los cambios terminaron de matar el partido, para luego reactivarlo una vez entraron en juego. El Bologna llegó incluso a reclamar penalti de Benatia sobre Santander, uno de los suplentes, a los 81 minutos de juego, pero el contacto fue levísimo, insuficiente para pitar penalti contra la Juventus en Turín.

El conato de reacción final del Bologna fue acallado por la Juventus con más fútbol de toque, y la traca final de la 'Vecchia Signora', con el rival volcado al ataque, la apagó, una vez más, Skorupski, el portero que hoy paró todo lo parable.

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