El Brighton logró su segunda victoria a domicilio de la temporada en el campo de un Arsenal cuya depresión no conoce límites. Todos los goles, y también uno anulado a David Luiz, llegaron en remates de cabeza.
No hay quien resucite a este Arsenal. Está por ver cuánto tiempo ejerce como interino Ljunjberg, pero visto lo visto ante Norwich y Brighton, dos rivales por debajo de la liga 'gunner', parece que no mucho.
Se pegó otro gran resbalón el cuadro londinense. Tras el 2-2 del fin de semana anterior, el Brighton no solo ganó en el Emirates, sino que durante mucho tiempo fue más ambicioso y merecedor del triunfo.
De hecho, el 0-1 no tuvo nada de casualidad. La puesta en escena de los visitantes, pese al merodeo del Arsenal por las inmediaciones de Ryan, fue ganando en consistencia hasta que cristalizó en el dominio y la ventaja en el marcador.
Aunque Gross y Connolly fueron los que crearon el miedo, fue Webster, a la salida de un córner, que el anotó el 0-1 de cabeza. Primer jarro de agua fría y en un momento difícil de digerir, a ocho para el descanso.
Pero la reanudación trajo un Arsenal más valiente, ya con Pépé en lugar de Willock, y ello dio frutos. El Arsenal devolvió la moneda empatando con la misma fórmula; fue Lacazette el que metió bien la testa en el primer palo para sorprender al meta australiano.
Se invirtió la curva y los de Ljunjberg invocaron el segundo tanto. Que llegó, en el minuto 63, cuando David Luiz remató de cabeza una falta. Sin embargo, la revisión de la acción en el VAR le dejó sin premio.
Aun así, porfió el triunfo el Arsenal. Si bien fue el Birghton el que se lo llevó. Maupay, con un buen giro de cabeza, para coronar una noche de goles con la testa, sorprendió a Leno cruzando el remate al segundo palo.
Martinelli, recurso a la desesperada, tuvo la igualada a tres para el final, si bien los reflejos de Ryan permitieron al equipo de Graham Potter sumar su segundo triunfo a domicilio del curso tras el que había logrado en la primera jornada.