El Real Madrid se topó con un notable Athletic y no pasó del empate en el Nuevo San Mamés después de empezar perdiendo. Isco equilibró la contienda que en la primera parte desniveló Muniain. El conjunto vasco rompe el pleno blanco.
Athletic y Madrid firmaron un encuentro vibrante, con alternativas, de ida y vuelta, con choques, pierna fuerte, tramos calientes, con goles y paradas. Paró más Unai Simón que Courtois, pero el guardameta belga también sudó. Del control impuesto por Lopetegui al arrebato de orgullo del Athletic, que obligó a Ramos, Varane y el citado Courtois a achicar agua en la conclusión.
Fue un partido con varias fases. Primero, el Madrid presionó y gobernó. Después, tapados los faros blancos, Athletic se encomendó a sus futbolistas de mayor talento y encontró grietas en la defensa adelantada del Madrid. Cuando en partidos pretéritos el Athletic empequeñecía, en esta ocasión se mostró gigante cuando así lo exigió el guion. El empate hizo justicia a un muy buen partido de fútbol.
Este Madrid necesita de una heroicidad constante de Ramos y Varane para evitar las ocasiones de los rivales. No tener el balón es una tortura para un equipo que prescindió del músculo de Casemiro en favor del genio de Modric, Ceballos y Kroos. Un plan más que válido si el balón es propio; cuando caía a pie de los vascos, Muniain, De Marcos, Susaeta o Muniain galopaban como gacelas. Beñat y Raúl García sabían hacia dónde corrían.
Susaeta y Williams pusieron a prueba la vista de Courtois, que vio de lejos cómo se perdían en la grada los primeros lanzamientos. El Madrid logró ponerle sello al balón. Benzema se movía bien entre centrales, Asensio aparecía por todas partes. Fue el mallorquín quien con un disparo regaló a San Mamés una gran postal, con Unai a mano cambiada enviando fuera una de sus grandes roscas.
Cuando el Madrid parecía más próximo al gol, llegó el tanto del Athletic. De Marcos y Susaeta se fabricaron por la derecha una jugada que recordó a aquel Athletic vertiginoso de BIelsa. Williams y Muniain, en el bosque de piernas blanco, lograron meterla. Respondió el Madrid con un disparo de Modric que hizo a Unai lucirse de nuevo. El partido se fue al descanso con alegría rojiblanca.
Ataque blanco, respuesta vasca
Lopetegui buscó reacción en el imponente Casemiro. El brasileño ayudó a cortar la sangría y el Madrid pasó a un plan más primigenio, con búsqueda del gol por medio del fútbol lateral. Así llegó el tanto del empate, aunque necesitó de la visión panorámica de Kroos, quien vio el desmarque de Bale y éste a un Isco que, solo, la embocó con la cabeza.
El gol movió el avispero por ambos lados, ambos equipos se partieron y se dedicaron a buscar la victoria con corazón y ninguna paciencia. Unai le negó el gol a Asensio y luego Williams la mandaba lejos. El encuentro, a partir del 70', entró en un carrusel de cambios, entradas y errores que acabó beneficiando al Athletic.
Varane, providencial, sacó varios balones peligrosos y abortó una contra que habría obligado a Courtois al mano a mano. El belga, igualmente, sacó manos y reflejos para blocar una volea de Mikel Rico. Y así acabó el partido, con el Athletic metiendo al Madrid en su área, al Madrid que había dominado el encuentro en muchos tramos del partido y que incluso tuvo el 1-2 en sus botas gracias a Asensio, primero con la mencionada ocasión y luego tras una carrera de 60 metros que no supo abrochar Benzema.
Bocado al Madrid de Julen Lopetegui, que ya ve cómo el Barcelona le aventaja en dos puntos en la cabeza de la tabla.