El Barça también acepta regalos

Dicen que para sacar un resultado positivo en el campo de un grande tienes que hacer un partido perfecto y la suerte, además, te tiene que acompañar. Esa premisa la llevó a la máxima expresión el Málaga de Gracia en 2015 para llevarse un valioso empate del Camp Nou y también la cumplió el Málaga de Juande hace prácticamente un año para llevarse un punto del terreno de juego azulgrana.

Sin embargo, este año parece que esa suerte necesaria para las más altas cotas ha abandonado a los andaluces. En el Camp Nou, los de Míchel fueron claramente penalizados por un gol a todas luces ilegal y que marcó el devenir del resto de acontecimientos. Porque, no lo neguemos, el 1-0 de Deulofeu cambió por completo el decorado de un choque que se presentaba de una forma y que terminó siendo muy diferente.

Ni dos minutos de juego habían pasado cuando el canterano se estrenó con el primer equipo en una acción en la que Digne centró desde fuera del terreno de juego y Deulofeu remató con la espuela con medio Málaga mirando y reclamando que el balón ya había salido. Ni el colegiado del choque, González Fuertes, ni sus asistentes se enteraron de la película. Gol y caos para empezar.

Plan chafado.

El Málaga, obediente como un buen alumno tras un injusto castigo, acató el tanto y trató de seguir el plan inicial. Pero claro, los de Míchel ya estaban por debajo en el marcador y tenían por delante un resultado adverso que no estaba en el plan entrenado durante la semana. Pudo ser peor, pues González Fuertes se empeñó en ser protagonista en un balón en la frontal del área malagueña que Luis Hernández cortó con el pecho y el colegiado convirtió en mano y amarilla.

Por suerte para ambos equipos, el árbitro por fin se echó a un lado y dio todo el protagonismo a un choque que fue bastante aburrido en su primera parte. El Málaga ejecutó a la perfección su plan y el Barcelona aceptó el regalo y dejó que los minutos corrieran a su favor. Con dos ocasiones mal finalizadas por Chory Castro y con nula presencia azulgrana en el área de Andrés Prieto se llegó al descanso.

Los andaluces comenzaron la segunda parte con ánimos renovados y con el brío de Juanpi, que tuvo que entrar para sustituir a un Rolan que se lesionó en las postrimerías del primer acto. Pero la efervescencia de los de Míchel en los segundos 45 minutos se evaporó con rapidez y el Barcelona por fin le cogió el punto al choque.

Messi imagina y el Barça sentencia.

Tuvo que aparecer Messi, que jugó con el freno de mano echado, para que el Barcelona sentenciara el partido y pasara página. El argentino recibió de Mascherano y encontró a Iniesta, que no perdonó con la zurda a su víctima favorita en Liga y volvió a ver puerta en el campeonato casi dos años después.

El Barcelona vivió cómodo con el 2-0 y pudo golear al Málaga, pero eligió parar, tal vez por deferencia a la forma en la que los de Valverde habían obtenido el 1-0. Suárez continuó con su mal fario y perdonó lo imperdonable antes de que Paulinho hiciera acto de presencia en el último cuarto de hora para, como ya viene siendo habitual, volver a merodear el gol.

Enfrente, un equipo sabedor de que la suerte estaba echada desde el segundo minuto de juego y que también pasó página para pensar en el Celta, un choque en el que, esta vez sí, los de Míchel ya no pueden fallar.