El Borussia Dortmund superó con claridad al Freiburg (5-1) y metió presión al Bayern de Múnich en la lucha por el liderato. Un doblete de Thomas Meunier, otro de Erling Haaland y un remate certero de Dahoud fueron suficientes para sumar los tres puntos.
El Borussia Dortmund se lo cree. Y sí, puede que todos los años sea la misma historia y al final, a la hora de la verdad, acabe desinflándose. Pero, de momento, da gusto ver jugar a los de Marco Rose, que vencieron cómodamente al Freiburg.
Des el primer minuto, los locales salieron con la intención de dejar clara su superioridad. Y así fue. Los visitantes apenas salieron de su campo y el control fue abrumador, con varias ocasiones sobre la portería de Uphoff.
En el minuto 14, al Borussia le sonrió la suerte. Saque de esquina a su favor y un movimiento muy astuto de Haaland, que arrastró a toda la defensa y dejó solo a Meunier. El belga entró como un tren desde atrás y cabeceó el centro de Brandt desde el córner para poner el 1-0.
Pero el Freiburg no aprendió de su rival y volvió a cometer el mismo error. El '24' saltó más que nadie y obtuvo el mismo final que en la jugada anterior para hacer el 2-0 para su equipo. Muy frágil la zaga visitante en la primera media hora de juego.
Pero Haaland quiso su gol antes del descanso. Y no será porque no lo buscara el delantero, sino porque le tenían la medida tomada. Muy marcado el atacante, lo que le llevó a la frustración. Pero a este futbolista nunca hay que darlo por muerto.
Tal fue así que, al filo del descanso, el noruego anotó su ansiado gol. Bellingham lo vio casi sin querer y metió un pase medido a su pierna izquierda. Como si de darle un caramelo a un niño se tratase, el '9' remató con violencia y puso el tercero en el 45'.
El comienzo de la segunda parte mostró algo de mejoría en el Freiburg. Sobre todo con la entrada de Schade y Demirovic, que dieron algo de alegría a un ataque que prácticamente pasó desapercibido en la primera mitad.
Esto supuso mayor peligro sobre la portería de Kobel, aunque esto no quiso decir que el Borussia se echase a atrás y renunciase al ataque. Sí que se mostró menos certero en defensa, dejando más espacios y sufriendo más.
Fruto de esta momentánea desconexión llegó el gol de Demirovic, que cazó el despeje del guardameta a tiro de Sallai. Este tanto dio vida a un Freiburg apagado, aunque la tarea que tuvieron por delante fue algo complicada.
El tiempo jugó en contra de los visitantes y el Borussia lo aprovechó. Un insaciable Haaland puso el 4-1 tras una pérdida en la salida de balón de los visitantes y anotó el segundo en su cuenta particular.
El partido estaba visto para sentencia y más aún cuando Dahoud puso el quinto y definitivo con un potente chut desde la frontal. Victoria contundente de un Borussia que no se rinde y quiere asaltar la primera plaza de Liga, que está en manos del Bayern, de que lo separa tan solo tres puntos.