Millonarios remontó el tanto inaugural de Deportivo Pasto en El Campín y se acabó llevando la victoria por 2-1. El 'Embajador', quinto, abre una brecha de seis puntos con los aspirantes a entrar en la 'Liguilla'.
A falta de fútbol, oficio. La mujer del César, además de serlo tiene que parecerlo, una situación que el cuadro 'embajador' domina a la perfección cuando las cosas se tuercen sobre el césped.
Si Deportivo Pasto se adelanta y mira de tú a tú a El Campín, no caben el nerviosismo y el ansia por darle la vuelta al resultado. Mente fría y a jugar.
No nos engañemos, los de Alexis García tampoco saltaron al césped como lobos ni fueron perdonando acciones de gol a diestro y siniestro, pero sí que aprovecharon la más clara que tuvieron frente a Fariñez.
Vanegas, muy activo en la banda derecha del ataque 'volcánico', resultó ser el más activo del choque antes de que el juego se embarrase alrededor de la medular y se perdiese el mediocampo.
Parones, entradas a destiempo y una falta de contro insultante en ambos bandos se tradujo en un penalti tonto en el área local sobre la media hora de partido.
Un 'bombazo' de Castañeda desde los once metros silenció El Campín, consciente de que su equipo pasaba por horas bajas. El gol en contra supuso un guantazo en la cara de los hombres de Jorge Luis Pinto, que tuvieron la fortuna de encontrarse con el 1-1 justo antes de coger el camino a vestuarios.
Una internada de Román por el perfil diestro del ataque 'embajador' rompió la zaga de Pasto. El '6' levantó la cabeza y sin pedir nada a cambio le sirvió el gol en bandeja a Silva, a la postre 'MVP', que remató a placer desde el corazón del área.
Toda una bocanada de aire antes de afrontar el recreo: los 15 minutos de descanso cobraban un matiz positivo. Y tanto que lo fue.
Ya desde el 46', Millonarios afrontó la segunda mitad como una oportunidad de resarcirse por la mala cara mostrada en el inicio. Venían de perder y un nuevo resultado negativo los acercaba demasiado a la lucha por la 'Liguilla'. Se vive mejor en las alturas.
Así, en pleno caos defensivo de la zaga de Pasto, Payares, solo, se coló en su hábitat para definir disfrazado de 'killer' ante Bejarano. Fue entonces cuando empezó a jugar Jorge Luis Pinto.
El técnico local se dejó los cambios para el final. En apenas 12 minutos dio entrada y salida a seis futbolistas, lo que entorpeció la ofensiva de Deportivo Pasto.
La cartulina de Ayala en el 93' da buena fe de la impotencia que terminaron sintiendo los hombres de Alexis García, que se marchan de Bogotá con un sabor agridulce.