Al italiano tampoco se le daban nada mal los libres directos. Sin embargo, el futbolista reconoció que tenía un ídolo en cuanto al golpeo de balón, el centrocampista del Olympique de Lyon.
"Mis remates comparten una misma fuente de inspiración: Antonio Augusto Ribeiro Reis Junior. La búsqueda de su secreto se había convertido en una obsesión para mí, hasta el punto que ocupaba todo mi pensamiento", comentó Pirlo en su entrevista a 'AS'.
"La fórmula mágica era cómo golpear la pelota, no dónde. Juninho le pegaba con tres dedos, no con todo el pie, como puede pensarse. No necesitaba botas adecuadas para demostrarlo", recalcó.
"Hice la prueba en un entrenamiento y puse cinco balones en fila. La historia se repitió una y otra vez. Para entonces ya era oficial: tenía el truco. Ya no había secreto para mí", concluyó.