Fue un 4 de febrero de un ya lejano 2004. Didier Drogba había fichado por el Olympique de Marsella, procedente del Guingamp en el verano de 2003, y con goles como este convenció al Chelsea el siguiente estío.
Drogba hizo 32 goles en los 55 partidos en que defendió los colores del Olympique de Marsella. Tenía ya 25 años, casi 26. No era un chaval, pero había salido prácticamente de la nada.
La fama le llegó tarde al delantero costamarfileño. Pasó sus primeros años como profesional en el Le Mans. De ahí pasó al En Avant de Guigamp, y en 2003 fichó por el Marsella a cambio de unos 6 millones de euros.
Amortizó en la capital de la Costa Azul cada euro invertido en él. Sus goles fueron su tarjeta de presentación al mundo. El Olympique ingresó un año más tarde 38,50 'kilos' del Chelsea. Un negocio redondo.
Este domingo se enfrentan en el Stade de la Mosson el Montpellier y el Olympique de Marsella, y en el único encuentro que Drogba jugó con el cuadro marsellés, el costamarfileño lo decantó con un golazo imposible.
Curiosamente, entonces este encuentro también cerraba la jornada, y el Marsella rondaba los puestos europeos (era sexto, y hoy en día es quinto). La gran diferencia era el Montpellier: era decimotercero y esta temporada es tercero.
Entonces el Montpellier acabó colista y descendió tras ganar sólo dos partidos en toda la segunda vuelta, pero este curso amenaza con volver a Europa.
Había pasado más de una hora de partido, y el Montpellier se le resistía al Olympique. Pero en el 65', una genialidad de Drogba dio el triunfo a los visitantes con un voleón imparable.
Sin duda, uno de sus goles más míticos en las filas del Olympique de Marsella, y uno de los que le dieron fama mundial. Una fama que perdura hasta el presente, sin duda.