El día que el Barcelona perdió el único título que ya nunca ganará

Eran el equipo de moda del momento. Todos querían jugar como aquel Barcelona de Johan Cruyff. Todos, menos uno, un Telé Santana que había creado su 'Dream Team' particular en Sao Paulo. Toque, fútbol, verticalidad y mucha calidad individual.

El 13 de diciembre de 1992 se ponía en juego mucho más que un título en el estadio Kokuritsu Kyogijo de Tokio, habitual escenario durante aquellos años de la Copa Libertadores. Telé Santana y Johan Cruyff así lo habían pactado en los días anteriores. Definirían qué equipo era el mejor del mundo sin trampas, con una batalla de puro fútbol ofensivo. Huelga decirlo, pero no hubo amonestaciones y es uno de los partidos con más fútbol neto de toda la historia.

Los azulgranas eran los grandes favoritos al título. Contaban con Guardiola, Koeman, Laudrup, Stoichkov... Pero enfrente estaba el campeón de América. Un Sao Paulo en el que despuntaba un jovencísimo Cafú, en el que mandaba el hermano de Sócrates, Raí, y en el que Toninho Cerezo, otro mítico de siempre en la 'canarinha', apuraba los últimos días de su carrera.

Pero el pacto siempre estuvo muy presente para Santana y Cruyff. Y por ello el holandés apostó también por Witschge, un holandés de mucha técnica que había fichado con vistas al futuro y que no podía jugar en España por la regla de los tres extracomunitarios. Como quiera que las normas de la Intercontinental eran otras, el de los Países Bajos pudo ser de la partida... y su equipo lo notó, sufriendo en el centro del campo ante la superioridad numérica de los brasileños. Se echó algo en falta el poderío físico y la colocación de Nadal y cuando el mallorquín quiso entrar ya era demasiado tarde.

Con todo, el Barcelona se puso 0-1 pronto con un auténtico golazo de Stoichkov. Pero, todavía en la primera mitad, Raí empataría en una acción que desnudó uno de los defectos del fútbol total de Cruyff. Los brasileños aprovecharon los huecos dejados en la defensa en una de las habituales subidas al ataque de defensas y centrocampistas azulgranas y subieron la igualada al marcador.

Ya en la segunda parte, tras otro bello combate a los puntos, de nuevo Raí sentenció al Barcelona con un magistral lanzamiento de falta a diez minutos del final. Era la primera Intercontinental que disputaban los 'culés' y, sin saberlo, también la única, pues cuando empezaron su racha ganadora en el siglo XXI la competición ya estaba extinguida y se había transformado en el actual Mundial de Clubes.