El PSG se proclamó campeón de la Supercopa de Francia al golear al Nantes (4-0). Neymar, por partida doble, Lionel Messi y Sergio Ramos pusieron los goles en lo que fue el primer título de Galtier como entrenador del cuadro parisino. El brasileño se reivindicó ante las críticas y los rumores que lo relacionan con su salida de la capital francesa.
Para ser el primer título de la temporada en juego, el Paris Saint-Germain, que suele relajarse ante esos equipos que, a priori, son inferiores, resolvió son suma facilidad su encuentro contra el Nantes y se coronó campeón de la Supercopa de Francia. Es la primera consecución de Galtier como entrenador del cuadro parisino. El técnico ya ha implantado su identidad en este equipo con un esquema de tres centrales y dos carrileros, con el que se comió a su rival de este domingo. Los goles los pusieron Messi, Neymar y ¿Mbappé? No, Sergio Ramos.
El error del equipo de Kombouaré fue la apuesta por el doble pivote Sissoko-Chiriviella. Ahí estaba Messi para atacar la espalda de los mediocentros y el argentino, simplemente, quiso divertirse. Cuando el '30' disfruta sobre el verde, este sigue dando pinceladas de lo que ha sido, es y será: uno de los mejores futbolistas de la historia. Si además tiene a un socio como Neymar, tanto la ausencia de Mbappé, por acumulación de tarjetas del pasado curso, como el fin de las vacaciones se lleva de forma más amena.
La dupla argentinobrasileña estuvo bien cohesionada por un Pablo Sarabia que fue la tercera espada del ataque. Debutó en partido oficial Vitinha y sorprendió la entrada en el once de Ramos como central diestro, junto a Marquinhos y Kimpembe. Pese a la cantidad de nombres 'top' sobre el verde y que la diferencia de categoría es palpable, el Nantes quiso ser valiente en la presión, una especie de 'Harakiri'.
Al palo de Marquinhos le siguió una doble ocasión peligrosa para el vigente campeón de Copa. Simon falló dentro del área queriendo ajustar al palo Blas se quedó sin su golazo a la escuadra por culpa de un Donnarumma que voló. El italiano es el titular de Galtier por delante de Keylor y este domingo le dio la razón a su técnico.
David y Goliat nos enseñaron que el pequeño podía sorprender al grande, pero en el fútbol a veces la realidad se impone a la ficción. Y si en este universo hay un jugador que lleva marcando diferencias en este siglo, ese es Leo Messi. El '30' recibió un buen pase de Neymar -ayudado por el toque de un rival- y dentro del área, simplemente, hizo de las suyas: encaró, regateó al portero y marcó a placer con la derecha. La 'Pulga' anotó el primer tanto oficial del PSG en el curso 22-23.
Messi volvió de las vacaciones en plena forma. Además de protagonizar numerosas jugadas de peligro, también fue clave en la creación. Su conexión con el '10' brasileño fue constante y este pudo emular a su compañero en la recta final del primer tiempo. Y vaga golazo firmó. Cuando el cronómetro rozaba el minuto 50, Sissoko derribó a Neymar en el borde del área y este no perdonó: golpeo a la escuadra, imposible para Lafont.
El PSG tenía el trabajo prácticamente hecho. El Nantes, eso sí, amagó en ciertas ocasiones con echarle picante al duelo, pero sin éxito. El equipo de Kombouaré se topó continuamente con una defensa sorprendentemente sólida y un Donnarumma espléndido en portería. A la fiesta de Messi y Neymar se unió un invitado sorpresa. Sorpresa porque su actuación en la pasada campaña fue apenas testimonial, pero ya demostró en el Real Madrid que pese a ser central sabe marcar goles. De tacón y tras errar un intento de remate, Sergio Ramos sentenció prácticamente el choque cuando se llegaba a la hora de juego.
La crónica estaba ya escrita con el tercero de los pupilos de Galtier. La historia del choque duró hasta que Messi quiso y Neymar se reivindicó ante las críticas como mejor sabe. Centrado y sin polémicas extradeportivas, el de Brasil es un futbolista de talla mundial y que estaría siempre en la conversación por el Balón de Oro. Para poner la guinda a su gran día, provocó un penalti, la consiguiente expulsión de Castelletto y él mismo colocó desde los once metros el cuarto y definitivo del PSG.
Ante la presión mediática poco se puede hacer, pero la realidad es que el PSG debe estar obligado, con este equipo lleno de 'cracks', a llegar lejos en la Champions League. Atrás debe quedar su debacle del pasado curso frente al Real Madrid y seguir el modelo de las campañas 19-20 y 20-21, en las que fue, respectivamente, finalista y semifinalista del torneo más importante de Europa. Y ojo, que este domingo faltó Mbappé. La ilusión volverá a vestir a la Torre Eiffel.