Cuando más sufría el Atlético llegó el regalo del Olympique de Marsella. Antoine Griezmann recibió el balón y batió con toda la facilidad del mundo a Mandanda engañándolo con el cuerpo.
El Atlético comenzó el partido con nervios y sufriendo. No conseguía inquietar a la defensa del Olympique de Marsella, que logró meter el miedo tanto en jugadores como en la afición, pero cuando más lo necesitaba el cojunto rojiblanco llegó la relajación en forma de gol.
Oblak dio el susto antes de comenzar y tuvo trabajo desde el principio, Vrsaljko estaba inquieto y el centro del campo se hartó de trabajar en los primeros minutos hasta que el Marsella cometió un fallo garrafal en la salida del balón.
Anguissa intentó sacar el esférico jugado para armar una jugada con peligro, pero tuvo un error que le costó muy caro. Griezmann recibió el pase y batió a Mandanda sin ningún tipo de problema.
El delantero francés espero hasta tener al guardameta del Marsella delante, amagó con su cuerpo y disparó al lado contrario para poner por delante al Atlético en la final de Lyon.