Allan disfruta ahora del fútbol con el campeón de Brasil. Pero antes de que Atlético Mineiro le recuperara tras su infructuosa aventura en el Liverpool, este brasileño pasó por hasta seis cesiones sin llegar a debutar con los 'reds' por el visado.
Allan Rodrigues de Souza, o simplemente Allan para los futboleros, vivió el sueño que persiguen millones de niños en Brasil: ser fichado por un club grande y dar el salto al fútbol europeo. Pero su historia nunca tuvo el final feliz en el Viejo Continente que prometía.
El Liverpool se hizo con sus servicios cuando apenas contaba 17 primaveras. En 2015, este centrocampista brilló en un torneo Sub 20 con las inferiores de Internacional de Porto Alegre y se ganó una oportunidad en Anfield.
Sin embargo, y pese a contar con la admiración de Jürgen Kloop, Allan nunca debutó con el primer equipo 'red'. Y todo por culpa de un visado que nunca llegó.
El brasileño acumuló varias cesiones hasta que decidió regresar a Brasil. Pasó sin pena ni gloria por SJK (Finlandia), Sint-Truiden (Bélgica), Hertha Berlin (Alemania), Apollon Limassol (Chipre), Eintracht Frankfurt (Alemania) y Fluminense (Brasil), hasta que Atlético Mineiro decidió hacerse con él en propiedad.
Ahora, a sus 24 años, puede presumir de haber salido campeón del Brasileirao junto a jugadores como Diego Costa o Hulk. En Mineiro, Allan es una pieza clave. Lleva 111 partidos disputados en dos temporadas y esta que recién está comenzando en el país sudamericano. El pasado curso, sumó casi 5.000 minutos en 61 encuentros, con 58 titularidades.
Pese a su desafortunada etapa en el Viejo Continente, no guarda mal recuerdo. "Me fui a Europa siendo un adolescente y cambié mucho de equipo, algo que hizo difícil la adaptación. Siempre fue un sueño jugar en el Inglaterra, y en el Liverpool aún más", dijo en 'The Athletic'.
Allan admitió que no terminó de adaptarse a Inglaterra y que no se lo pensó cuando apareció Mineiro: "Fue duro estar solo en un hotel. No hablaba inglés, no conducía, de modo que tenía que ir en bicicleta a todas partes y no estaba hecho a las bajas temperaturas. ue una decisión muy difícil, mi contrato con el Liverpool se terminaba y necesitaba jugar, mostrar mi fútbol".
Pese a su poca relevancia en el Liverpool, el brasileño es el padrino de boda de Roberto Firmino y este, a su vez, el padrino de su hija. Además, también hizo buenas migas con Coutinho.
"Por supuesto, tengo grandes recuerdos del club, de los aficionados, de la atmósfera de Anfield en días de partido. Aún sigue siendo un sueño y si depende de mí, volvería al club algún día sin dudarlo", concluyó.