El fútbol es una mierda

José Luis Malo hace 1 año 503
La despedida de Guede, un cuchillo. Marilú Baez

La industria del balompié es un rodillo para los sentimientos. La rueda de prensa de despedida de Guede, una lluvia de lágrimas y humanidad en un mundo frío bajo la guillotina de la pelota, ahondó en esa contradicción que amamos un deporte que no tiene corazón.

Perdonadme la expresión. Pero si la digo de otro modo, si cambio la palabra por otra más políticamente correcta, entonces esta opinión no será igual. El fútbol es una mierda. Una mierda cuando ves a Pablo Guede llorando como un niño chico en su rueda de prensa de despedida. Ves a un hombre roto porque estaba enamorado de este club, de este proyecto, y se tiene que ir. Se hizo una plantilla muy buena. Se configuró a su medida. Más corazón y buenas intenciones no le pudo poner Guede. Pero el resultado fue deportivamente desastroso y no hubo más remedio que destituirlo. Por eso, el fútbol es una mierda. 

Y es una mierda porque si algo te engancha desde pequeño es el corazón. No los millones, las tácticas o una dirección deportiva. Entras al estadio siendo un renacuajo. Desde los aledaños vas escuchando los cánticos, ves a un montón de gente que no conoces pero que viste la misma camiseta que tú, la de tu equipo. Vas de la mano de tu padre, de tu hermano, de algún amigo que te lleva al fútbol por primera vez. Y sientes que algo diferente late en tu pecho. Os miráis y vuestra sonrisa dice lo mismo. Algo que no se puede explicar porque el fútbol de verdad, el que te engancha y te envenena para toda la vida, es otro. No esta mierda de fútbol que hace que los sentimientos apenas tengan hueco en un circo en el que ni siquiera el trabajo bien hecho durante un año puede evitar que todo se desmorone de pronto.

El fútbol es una mierda porque Steven Gerrard, que era parte del escudo del Liverpool, hombre consagrado a la causa 'red' desde crío, se resbaló, Demba Bá marcó un gol y perdieron una Premier, su primera Premier, que tenían en el bolsillo y por la que tan bien habían peleado durante 8 meses y para la que el capitán había contribuido tanto. El fútbol es una mierda porque estábamos en Dortmund celebrando otro día en el cielo y en dos minutos se abrió una puerta que nos mandó súbitamente al infierno. 

Mucha de la gente que defenestraba a Pablo Guede por su mala gestión en el banquillo no pudo evitar sentirse mal cuando vio que ese hombre era tan malaguista como ellos. Pero eso al fútbol le da igual, es un agujero de gusano que engulle. Porque ganan unos pocos y pierden cientos de miles. Y esto no es lo que creíamos que pasaría aquel día que entramos al estadio por primera vez. Aquel día en que los colores de tu equipo, el ruido de la gente animando, la fascinación de un sentimiento que unía a decenas de miles de personas sentadas en el mismo estadio, pensamos que el fútbol era magia. Pero no lo es. O sí, y lo que pasa es que a veces los trucos no salen. Y entonces todo parece una mierda. Porque qué sería de nosotros sin creer en la magia.

En fin, mañana volverá a rodar el balón. Y aunque el fútbol siga siendo una mierda, si nos sentamos ante la tele esperando la victoria del Málaga, será que la magia sigue estando ahí, tirando de nosotros pese a todo.

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