El futbolista que podría acabar con una tradición centenaria

Juan Ribón hace 6 años 3.7k
La política de fichajes del Athletic lleva varios años en el alambre. EFE/Archivo

Es por todos conocida la norma autoimpuesta del Athletic Club de no fichar a jugadores que no sean vascos. El problema es que en ocasiones es tan complicado ceñirse a ella, que las ganas de saltársela llaman demasiado la atención.

El primer gran caso que hizo arquear la ceja a los aficionados bilbaínos de pro fue el de Bixente Lizarazu. Francés de nacimiento (de San Juan de Luz, a escasos 30 kilómetros de San Sebastián, pero en el lado galo de la frontera).

Fue internacional con Francia y ganó aquel histórico doblete de Mundial y Eurocopa con 'les bleus'. En el Athletic jugó apenas una temporada, la 1996-97, pero su llegada causó cierto revuelo.

Jugadores navarros habían jugado en el Athletic con anterioridad, pero extender la norma al País Vasco francés era algo que aún no se había hecho. Fue el primero de varios fichajes que ponían en peligro la filosofía del club.

Más tarde llegaron Fernando Llorente, riojano, pero nacido en Pamplona de rebote, o el sangrante caso de Saborit, directamente nacido en Barcelona, pero al que se dio de paso por haberse formado en Lezama.

En el caso del primero había por dónde cogerlo, pero el de Saborit era inaceptable de acuerdo a la política del club, pero se pasó de puntillas por el nimio detalle de que el muchacho salió de la cantera del Espanyol y llegó a Lezama con 16 años. Casi tan feo como decir que Pedro es canterano del Barcelona, vamos.

Algunos se echaron las manos a la cabeza cuando se empezó a hablar de subir al filial a Iñaki Williams. ¿Un negro, vasco? Pero Iñaki nació en el mismo Bilbao, así que por mucho que sus padres sean inmigrantes, él es vasco. Es incuestionable, aunque a algunos les fastidie.

Con Laporte algunos aseguran que la línea se ha traspasado, y bien, además. Porque es francés, y no precisamente de una localidad fronteriza. Nació en Agén, a casi 300 kilómetros de la frontera con Euskadi.

Con quince años, jugando con la selección de Aquitania en Bilbao, llamó la atención del Athletic y se le incorporó a la maquinaria rojiblanca.

Es decir, las líneas rojas ya se han cruzado con anterioridad, pero el último rumor que sobrevuela Lezama amenaza con dejar estas licencias en simples deslices.

Se habla mucho, y no precisamente desde hace poco, que el Athletic está siguiendo muy de cerca a un chaval llamado Youssuf Diarra. Juega actualmente en el Txantrea, uno de los muchos equipos del País Vasco y Navarra con acuerdos de colaboración con el Athletic.

El problema es que Youssuf llegó a España hace apenas once años. Él nació en Mali, viajó a España para reencontrarse con su familia, y dio sus primeras patadas a un balón en Lleida.

Entonces llamó la atención de una agencia de representación, curiosamente la misma que representa a Iñaki Williams, y entonces se trasladó a Pamplona, alegando cuestiones de estudios. Era todo parte de la estrategia para disimular, cuanto antes, que ni era vasco ni se había formado en Euskadi.

En Pamplona se enroló en las filas del Txantrea, y siguió creciendo como futbolista. Y empezó a sonar con fuerza para el Athletic.

Sería un caso tan claro como los de Saborit o Laporte, pero el hecho de que no sea español, ni europeo, parece que nos escandaliza más. Pero nada más lejos de la realidad.

Si el Athletic diese un paso al frente por Youssuf, no habría violado su propia norma autoimpuesta, pues esa línea la cruzó hace mucho tiempo ya. Pero quizá sirviese para quitarse la venda de los ojos, y darse cuenta de que ya se había hecho antes.

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