No hay partido tranquilo en el Coliseum Alfonso Pérez. El Getafe sudó, sufrió y se llegó a crispar en un partido de alto voltaje para vencer a un duro Granada (3-1) que pierde de vista el soñado liderato de Primera División.
Fue un partido poco vistoso. A veces se exige competitividad a los futbolistas. Este jueves, en el duelo que cerraba la jornada 11 de Primera División, hubo demasiada sobre el césped.
Sin embargo, no sorprendió que esto ocurriera. Son dos equipos que juegan a esto, especialmente el Getafe, que supo gestionar la ventaja cosechada en el primer tiempo entre continuas disputadas verbales con los dos bandos.
El Granada quiso vestirse del conjunto azulón, ser su espejo y desquiciar a su rival, como ya lo hiciera el Basilea en la última jornada de Europa League. Pero Getafe solo hay uno, y en un partido tan físico como este, los de Bordalás son unos especialistas.
Asumió pronto el rol de dominador el Getafe. El Granada, replegado, cómodo y tranquilo por la excelente posición que ocupa en la tabla. Quizá, excesivamente relajado en dos acciones puntuales del juego.
Una primera media hora sin ocasiones, aunque con control local de la posesión, precedió a un final de primer tiempo loco. Un error nazarí en el saque de banda fue continuado por una carrera brutal de Cucurella, encumbrado por el Coliseum, y una asistencia para un fiable Ángel que no falló ante Rui Silva.
El 1-0 hizo daño al Granada, pues no se veía venir. Fue un 'knockout' inesperado por el escaso acercamiento sobre la meta rojiblanca. Pero, ya saben, tanto va el cántaro a la fuente... O, mejor dicho, la perseverancia dio sus frutos.
Pero el consiguiente 2-0 fue más duro para el cuadro andaluz. Además, por cómo se produjo: una horrible salida en un córner de Rui Silva, que pudo ser objeto de falta por bloqueo, y testarazo de Arambarri casi a placer.
A Diego Martínez no le salió bien el plan. Una defensa de tres centrales, el debut de titular de Köybasi y la dupla ofensiva formada por un Soldado demasiado excitado y un inoperante Adrián Ramos. Otra novedad como fue Eteki estuvo a punto de recortar distancias al filo del descanso con una preciosa volea.
El paso por vestuarios pareció sentar bien al Granada, pero fue una sensación momentánea. Quini y Puertas salieron y el segundo estuvo cerca de sorprender a Soria con un zarpazo lejano. A partir de ahí, ambos equipos llevaron el partido por el camino de la crispación.
El Granada, al ir perdiendo por 2-0, salió peor parado en esta fase de encuentro en la que apenas se jugó nada. Despertó con el tanto de Puertas, que aprovechó un rechace en el área tras el cabezazo de Adrián Ramos. Había tiempo, pero el Getafe es mucho Getafe.
Los de Bordalás no dejaron escapar la victoria y la afianzaron el gol de la jornada: Timor sustituyó al lesionado Damián y protagonizó un lanzamiento de falta sencillamente perfecto. Victoria azulona para volver a la senda adecuada y bajar de las nubes al 'matagigantes'.