Corría el minuto 93 cuando Epifanio García probó suerte desde más de 30 metros en busca de un milagro. Un balón que ajustó al palo pero que no parecía llevar gran peligro. Lo mismo pensó Unsaín, que pensaba que iba fuera cuando encogió los brazos.
Midió mal el joven porterod e 23 años y el balón acabó en el fondo de su portería. Rápidamente se dio cuenta de su error garrafal y se echó las manos a la cara a sabiendas de que había hecho perder dos puntos a su equipo.
El árbitro pitó el final del encuentro y comenzó la tortura de Unsaín. Todos los jugadores y hasta el portero rival intentaron consolarlo de todas las formas posibles, pero no podía reprimir sus lágrimas. Un error del que a buen seguro aprenderá.