'The Italian Job' en Lisboa

Sergio Álvarez hace 6 años 19k
Un tanto en propia puerta le dio la victoria al Barça en Lisboa. EFE

El Barcelona se impuso con mucho oficio y una buena dosis de suerte en Lisboa a un bravo Sporting que chocó contra un auténtico muro.

Es este Barcelona de inicio de temporada un equipo nuevo. La contundente derrota en la Supercopa ante el Real Madrid le hizo ver las orejas al lobo a Valverde y los azulgranas ya no tienen el planteamiento suicida de otras temporadas.

Ahora, maduran y maduran el partido y esperan el momento perfecto para lanzarse a por la victoria. Y cuando este no llega, maximizan los errores del rival. Ya sucedió en Girona y volvió a ocurrir en Lisboa, cuando un gol del rival en propia meta fue suficiente para que los azulgranas se llevaran los tres puntos.

El sello Valverde.

Nadie puede negar que Ernesto Valverde ha puesto su sello en este nuevo Barça. No se le recordará -al menos de momento- por un juego ofensivo incomparable, pero sí por un tremendo control de cada situación y cada partido. El Barcelona tiene jugadores para interpretar los diferentes escenarios y Valverde ha hecho entender a los suyos que no hace falta quemarse a lo bonzo en busca de un gol que también puede llegar con la mayor de las pausas.

En Lisboa, los azulgranas no tuvieron grandes ocasiones, pero tampoco las recibieron. Enfrente tuvieron un equipo valiente y con un buen trato de balón, pero que se desfondó en la presión y fue castigado quizás excesivamente por su juego al límite de la ley. Los lusos vieron siete amonestaciones y no se quedaron con uno menos por azares del destino.

El cansancio hace el resto.

Tras el descanso -en la primera parte no pasó verdaderamente nada-, el Barcelona se sentía por fin dueño del encuentro y en el Sporting, ya muy cansado, un hiperactivo Bruno Fernandes no podía con todos los frentes abiertos que tenía su equipo en el centro del campo.

Corrían los minutos y no llegaban las ocasiones, pero este Barça te hace un tanto con media oportunidad. La enésima amonestación a los portugueses tendría un castigo añadido. Messi puso el balón en el área, Piqué peinó y Suárez despejó en su intento de remate con tan buena suerte que el balón se estrelló en Coates y superó a Rui Patrício.

0-1 y choque encarrilado para un Barcelona que lo narcotizó sin más apuros que una nueva ocasión del omnipresente Bruno Fernandes, bien repelida por un entonado Ter Stegen. Mientras, en la otra área, sólo Paulinho coqueteó nuevamente con un tanto que no llegó de milagro en los últimos compases del encuentro.

Entre la pausa de Busquets y el temple de Messi, el 'muro de Valverde' salió todavía más fortalecido de Lisboa y el Barcelona presume más de victorias que de buen juego. Los azulgranas, como en la Liga, ya son líderes en solitario de su grupo.

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