Llegaron con muy distintas dinámicas Levante y Leganés a la jornada 23 del campeonato, pero el conjunto 'granota' se dio la mejor alegría en lo que va de 2020 y venció a un rival directísimo (2-0) por evitar un descenso que arde.
Tras cuatro derrotas consecutivas, el Levante afrontaba un duelo clave para revertir su precaria, pero aún tranquila, situación. Era, como suele denominarse, una final por la permanencia, más que por los puntos que había en juego, por el rival que estaba enfrente.
El Leganés saboreó la miel de la euforia en Butarque gracias a la obra de arte de Óscar Rodríguez ante la Real Sociedad. Pero su compromiso en el Ciutat de València le devolvió al barro, a la cruda realidad de un descenso que se antoja agónico.
Pese a su mal momento de forma, el Levante tiene jugadores de suma calidad. Muchos equipos de Primera se habrán percatado ya de que el coliseo 'granota' es una de las plazas más complicadas de la categoría, y allí acumula seis victorias el cuadro de Paco López esta temporada.
Aguirre no cambió su esquema de cinco defensas. La necesidad no es un imperativo para renunciar a las ideas de cada uno. Pero como bien comentamos que en el Metropolitano, su apuesta salió bien, en el Ciutat de València no fue así. El Leganés tiró una primera mitad en la que se le escapó el partido de las manos...
Tardó en coger ritmo el partido, pero, mediante algún que otro córner, el Levante comenzó a dar visos de peligro, hasta que la conexión Bardhi-Rochina dio sus frutos: llegada del macedonio a línea de fondo y zurdazo del valenciano en el 20' para fusilar a Soriano, que volvió a suplir a Cuéllar.
El Levante, sin apretar el acelerador, fue capaz de ampliar su ventaja ante la pasividad defensiva del Leganés, que demostró que no por tener más zagueros se defiende más y mejor. Esta vez fue todo lo contrario. Los huecos en el área 'pepinera' fueron continuos.
Aprovechando esa tesitura, Toño sacó los colores a Rosales y envió un gran centro que fue rematado a la media vuelta por el máximo goleador nacional de Primera División. Roger Martí se reencontró con el gol y encarriló la cita en el Ciutat de València.
Pareció reaccionar el Leganés tras el paso por vestuarios, pero solo fue una ilusión generada por una ocasión clarísima en la testa de Bustinza. Pocos minutos después, se produjo un parón enorme por un choque de cabezas escalofriante entre el recién entrado Ruibal y el nigeriano Omeruo.
Posteriormente, el Levante tuvo sus opciones para finiquitar el encuentro. Perdonó y Javier Aguirre reaccionó. El mexicano dio entrada a Assalé y el costamarfileño, que debutaba en LaLiga, revolucionó por momentos el duelo. Pero el acierto escaseó en los visitantes y el 2-0 se mantuvo hasta el final.
Merced a varias intervenciones espectaculares de un Aitor Fernández inconmensurable, el Levante logró un triunfo categórico por la permanencia y, además, marcharse con la portería a cero de nuevo. Los de Paco López se llevaron tres puntos, sí, pero, además de eso, le robaron bastante moral a un rival directo que llegaba disparado.