El Málaga cayó derrotado ante una correcta UD Las Palmas que ganó aprovechando las concesiones del equipo local. Tres puntos que vuelan de La Rosaleda. Respiro amarillo, preocupación blanquiazul.
En un partido no excesivamente vistoso entre dos equipos que todavía no conocían lo que era sumar en LaLiga 17-18, venció el que menos falló. Las Palmas asaltó el hogar del Málaga con la connivencia de éste.
El error de Luis Hernández en el primero y el blando marcaje de Diego González en el segundo diseñaron una suerte de alfombra roja para Viera, Calleri y Remy, autores de los goles amarillos. El Málaga purgó por sus desatenciones y ya es el segundo conjunto de Primera que en su casillero muestra un cero de nueve en lo que va de campaña junto con el Alavés.
El Málaga guardó las llaves en la guantera y Viera y Calleri facturaron el botín para Gran Canaria. Si bien Las Palmas estuvo algo más fina con el balón, tampoco martilleó a Roberto. Dominó algo mejor las áreas de un Málaga tan imperfecto como inocente. Remy puso la rúbrica definitiva.
El inicio revoltoso de Keko surtió de una alegría fugaz a La Rosaleda. El plan de Míchel parecía claro: balón a la olla y que Bastón y Adrián se pelearan con los defensas rivales en busca de algún remate. Desde la banda no llegaron buenos servicios y, cuando agarró alguna Bastón, el asistente no estuvo certero. Adrián ni estuvo siquiera.
Hasta el error de Luis Hernández el partido más por el lado local, pero cazó un pase Halilovic y en su carrera conectó con un Viera que aun andando sabe deleitar. Un tiro, un gol y descanso.
Diego González puso la igualdad apenas entró la segunda parte con un perfecto cabezazo. Tan buen remate en su tanto como pésimo marcaje del ex sevillista en la jugada del 2-1 de Calleri.
Calleri, que mandó al diván a los centrales, hizo de boya de Las Palmas hasta la conclusión y las ganó casi todas. Así pasó los minutos Las Palmas, que no marcó antes porque Roberto desvió al larguero un tiro de Halilovic.
Míchel echó mano de sus chavales en los cambios y vio cómo La Rosaleda no quiere a Adrián en el campo. Muy tiernos Ontiveros, En-Nesyri y Mula en las últimas acometidas de un Málaga que ya era todo corazón y ningún orden.
Remy, tras más de año y medio sin marcar, rompió su sequía e hizo explotar a buena parte de un estadio blanquiazul que empieza a perder los nervios cuando el calendario apenas marca la jornada tres.