En 2012 llegó a alcanzar los 91 goles en el mejor año natural que se haya visto en un futbolista a lo largo de toda la historia. La falta de escuderos le obligó a dar un paso al frente. Ahora, vive una situación similar.
Messi arranca la temporada sin Neymar, ya en el PSG, ni Suárez, lesionado para las próximas cuatro o cinco semanas. El argentino deberá tirar del carro en un Barcelona que le ha dejado sin escuderos de primer nivel.
El '10' azulgrana ya vivió una situación similar entre 2011 y 2012. En esos dos años ofreció la mejor versión que probablemente se haya visto en un futbolista a lo largo de la historia.
Aquel Messi era voraz, devastador, imparable. El equipo no acompañaba, el Guardiolismo vivía sus últimos momentos en el Barça. Entre el último año de Pep y el primero de Vilanova, Messi guió al equipo entre las aguas revueltas.
Casi 200 goles en dos años. Una salvajada que no se había visto. Sobre todo, los 91 goles que firmó en ese año 2012 para la historia. El argentino estaba solo, sin acompañantes al máximo nivel.
Porque Fàbregas, Alexis y Villa no pasaban por su mejor momento en aquella época. Y los canteranos aportaban, pero no al nivel de lo visto estos años con el tridente, por ejemplo.
Messi tuvo que dar un paso al frente y sacó al equipo de multitud de apuros. Ganó la Liga de Vilanova él solito y se desquitó de la derrota del año anterior ante el Madrid de Mourinho.
Ahora, vuelve a verse en circunstancias parecidas. Neymar le ha abandonado y Suárez se ha lesionado en el peor momento. Los fichajes no llegan y la temporada arranca sólo con Semedo y Paulinho en nómina. Más Deulofeu, que aún no ha ofrecido el nivel que se espera de un talento por pulir como el suyo.
Por eso vuelve a ser el turno del '10', que la última vez que se vio solo, ofreció su cara más letal. Si bien han pasado los años y el Mundial está a la vuelta de la esquina, Messi afronta otro reto apasionante en un Barcelona que se aferra a su estrella para dejar atrás un verano desastroso en lo institucional.
Por suerte, vuelve la Liga y Messi tiene hambre. Le han dejado solo, pero fue así como se mostró más peligroso. Sería imperdonable dar por muerto a un tipo capaz de marcar 91 goles en un año...