El Real Oviedo consiguió un triunfo vital en el Carlos Tartiere para volver a la zona alta de la clasificación en Segunda División. Borja Bastón, de penalti, encarriló el triunfo al filo del descanso y el Cartagena ve rota su buena dinámica.
Se encontraban dos equipos en rachas distintas en el Carlos Tartiere. El Cartagena, un equipo sólido y muy serio, encadenó dos triunfos consecutivos por la mínima, pero el Oviedo le superó de principio a fin.
El guion fue claro desde el comienzo: un Cartagena más metido atrás en busca de la contra y el equipo de Ziganda no le permitió estar cómodo en ningún momento. No es que atosigara, pero sí que le complicó la salida de balón con la buena presión ejercida.
Fue calmada la primera mitad, aunque el Tartiere empujó hasta el final, y eso ayudó a desequilibrar un choque que pintaba a 0-0. Comenzó avisando Viti, de los mejores del partido, pero el Oviedo tuvo problemas para generar más frente a la sólida defensa rival.
Al filo del descanso llegó la jugada clave: un penalti por mano de Alcalá revisado en el VAR y que fue transformado por Borja Bastón en su segundo gol consecutivo. Ese gol hizo mucho daño a la resistencia del Cartagena para el segundo tiempo.
De hecho, pronto el Oviedo encarrilaría el encuentro gracias a una buena internada en el segundo tiempo de David Costas y su centro, que fue repelido de manera involuntaria por Andújar. Con poco, el Oviedo hizo el 2-0 y le regaló el triunfo a su afición.
No daba señales de vida el Cartagena en ataque, ni Ortuño ni Rubén Castro, que gozó de alguna que otra ocasión con la cabeza. El Oviedo se hizo fuerte y amarró el triunfo con los dos goles de ventaja que llevaba. Un triunfo que le asienta en la zona alta.