El joven centrocampista del Bayern de Múnich ha pasado de jugar en una Tercera División a ser una de las piezas clave en la plantilla de Carlo Ancelotti. Este es Kimmich, un jugador premiado por su constancia.
Por estas fechas, hace ya cerca de 365 días, la vida de Kimmich comenzó a cambiar para siempre. El futbolista alemán llegó al Bayern de Múnich con la etiqueta de ser un jugador joven y con un largo recorrido en cuanto a enseñanza futbolista se refiere.
Pero Kimmich se ha adaptado rápido, más de lo que se esperada. En 2013 comenzó su andadura en el Leipzig cuando este equipo alemán militaba en la categoría de bronce del fútbol alemán.
"Fue importante encontrar mi sitio en el alto nivel. Es un juego completamente diferente en la máxima categoría, se basa en un poco más de lucha y deseo. No hay mucho fútbol técnico. Fue extremadamente importante acostumbrarse a la dureza", contó Kimmich en una entrevista para la UEFA.
En 2015, Joshua se puso a las órdenes de Pep Guardiola e hizo su sueño realidad. Cuando llegó a las filas del actual campeón de la Bundesliga lo hizo sabiendo que llegaba para aprender y que sería uno de los peores jugadores técnicos del equipo.
"Cuando llegué por primera vez supe que estaba por detrás de todos los demás en términos de calidad. Realmente me tuve que adaptar. En cada sesión de entrenamiento aprendía, y todavía lo hago", afirmó.
Pero el ascenso de Kimmich se completó con la llegada a la Selección de Alemania. Disputó la Eurocopa de Francia con el combinado que dirige Löw y, hoy en día, tiene su sitio garantizado en las próximas convocatorias.
En tan poco tiempo, esta joven perla ha tenido que crecer en fuerza, inteligencia, calidad, desparpajo para poder ganarse un puesto en las ideas del ahora entrenador del Bayern.
"Mi adaptabilidad es una mezcla de disciplina e instinto. Soy un futbolista y simplemente amo estar sobre el césped. No es que no sea importante, pero la posición sobre el campo es algo secundario", concluyó Kimmich.