El Sevilla ganó fácil y bien al Dudelange (3-0), pero dejó un derrotado entre los once rojiblancos. Dabbur vivió su primera titularidad con la responsabilidad de reivindicarse, pero pecó de falta de puntería. Todo lo contrario que el 'Mudo', que manda un mensaje a Lopetegui.
La noticia saltó a una hora de que arrancase el partido. Minutos de tertulia y hojas de periódico veían resuelta su curiosidad en un partido a priori sin chicha.
Dabbur sería titular ante el Dudelange y los asistentes al Sánchez-Pizjuán tendrían una motivación extra para acudir un jueves a Nervión.
El equipo luxemburgués carecía de cartel. Novenos en su torneo local, los prejuicios se reflejaron desde el primer momento sobre el césped.
Además de al delantero israelí, Lopetegui alineó de inicio a De Jong y Rony Lopes, dibujando por primera vez esta temporada lo que parecía un 4-4-2 con el ex del Salzburgo más pegado a banda.
Pero el dominio sevillista de los primeros compases se volvió gris: el holandés apenas entraba en juego, el sustituto de Ben Yedder fue desapareciendo y Dabbur erró hasta tres oportunidades para hacer el primero. Todo en la primera mitad.
Sin Fernando, Gudelj careció de presencia en el fútbol del Sevilla, más fijo en la medular, mientras que Óliver Torres y Franco Vázquez montaron la tienda de campaña en campo rival.
El partido, que invitaba a una goleada ante las más que latentes debilidades del contrario, se fue apagando a medida que avanzaba el primer tiempo. El colegiado señaló el descanso y, de camino a vestuarios, llegaron los primeros pitos de la temporada.
Silencio, el 'Mudo' al habla
Los focos alumbraron desde primera hora a los 'nuevos', pero fue el 'Mudo' el que rompió los aburridos parámetros del 0-0 para volver a celebrar.
El argentino se ha convertido en un habitual en los partidos de Europa League. Es el líder de la unidad 'b', pero ese rol queda lejos de su verdadera pretensión.
Ante el timorato Dudelange, Franco Vázquez pasó y llegó, le bastó con eso para encarrilar el partido con dos goles (48', 75').
Munir, tres minutos después del 2-0, aprovechó un pase de la muerte de Bryan Gil para maqullar el 3-0 definitivo. El chaval sigue entrando en batalla, pero le cuesta salir de la trinchera.
Dabbur, el gran perjudicado
La grada ovacionó su nombre cuando fue anunciado por megafonía. Guasa o no, había ganas de ver al israelí y de comprobar realmente si hay algo extradeportivo en su 'castigo'.
Lejos de impresionar, Dabbur ni marcó ni reivindicó más minutos. Lo intentó, pero perdió una bonita oportunidad para legitimar las críticas a Lopetegui.
Junto al 'Mudo', el mejor parado del choque fue el técnico vasco. Escuchó a la grada y dio minutos a los más aclamados entre las sombras del banquillo y salió victorioso: el entrenador es justo, benévolo y encima tiene razón.
Tres puntos más para un Sevilla que en Europa saca el rodillo. Líder con nueve puntos, la sorpresa será mayúscula si mínimamente se complica el pleno de seis victorias.