El nuevo Barça ya es el de siempre

Sergio Álvarez hace 6 años 30.3k
Messi y Jordi Alba se gustaron ante el Celta. EFE

El Barcelona machaca al Celta en media hora y se cuela por la vía rápida en los cuartos de final de Copa. Los azulgranas continúan creciendo y asustan cuando la temporada llega a su fase decisiva.

Algo ha cambiado en este Barça. Ya sea por la inyección de moral de la victoria del Santiago Bernabéu o por la llegada de los Coutinho y Mina y la recuperación de Dembélé, lo cierto es que la alegría ha vuelto a instalarse en el juego de un equipo que hasta ahora 'sólo' parecía muy fiable y poco brillante. Como si eso no sirviera de nada...

El adiós de Neymar y el desenlace de la Supercopa, propiciado por el letal contragolpe del Real Madrid, había enviado directamente al Barcelona a la lona y a un estado de melancolía y tristeza que ni era real, ni propio de un equipo que por plantilla debía seguir aspirando a todo.

Recién llegado, Valverde recuperó anímicamente al equipo y le fortaleció -y se fortaleció él también- con un esquema no tan vistoso como el que se había impuesto en el Barcelona con Vilanova, Martino o Luis Enrique, pero sí tremendamente seguro y efectivo. El 'Txingurri' abogaba por mantener la seriedad atrás y esperar que la calidad del equipo fuera decisiva en ataque.

Un buen plan para un equipo mediano o pequeño, pero en el Camp Nou la gente esperaba más. Valverde seguía a lo suyo. Hoy un cambio aquí, ahora te cuelo a Paulinho allá... y la mejoría comenzaba a ser evidente. De los chispazos iniciales se pasó a un rendimiento cada vez más sostenido y a un mes de diciembre casi impecable, que los 'culés' culminaron con una faena en el mejor escenario posible: el Santiago Bernabéu.

Cuando Messi se divierte...

Llegó enero, los 16 puntos de ventaja con el Real Madrid, los fichajes... y el partido de vuelta ante el Celta. Como si de un ajuste de cuentas se tratara, el Barcelona no iba a dejar esta vez que el equipo vigués le amargara la fiesta. Ya lo había hecho en Liga, donde el Barça fue incapaz de sacar provecho de una de las mejores primeras partes que se le recuerdan a Messi. Y también en la ida de la Copa, partido en el que los azulgranas jugaron con los menos habituales y el Celta logró sacar un empate.

El partido duró lo que Messi y Jordi Alba quisieron. Buenos amigos, parece como si se pasaran horas charlando en casa acerca de cómo combinar durante los partidos. El 1-0 y el 2-0 llevaron su sello personal: pase de Messi a Jordi Alba y centro del lateral para que el argentino fusile a la red. En el primero, una volea seca; en el segundo, un toque sutil.

A Messi le debió de parecer exagerado tanto regalo de Jordi Alba, porque le devolvió el favor al ex del Valencia con un pase magistral que a día de hoy sólo puede permitirse dar él en el mundo del fútbol. Los vigueses, que no fueron ni una sombra del equipo que le sacó un 2-2 al Madrid hace apenas un puñado de días, regalaron el cuarto gol a un Luis Suárez que volvió a cuajar un buen partido.

Valverde y Unzué miran a la Liga.

El resultado, demoledor con todavía 45 minutos por delante, convirtió la segunda parte en un mero trámite, máxime cuando Valverde y Unzué miraron al futuro con sus cambios. Tal fue la falta de tensión del segundo acto que el técnico del Barça hasta se permitió el lujo de sentar un rato a Messi para que el Camp Nou disfrutara media hora de Dembélé. Y el francés estuvo mucho más inspirado que en los otros dos partidos jugados desde su reaparición.

Entre algunas buenas acciones de Semedo, el insaciable apetito de Suárez y algunos detallitos de José Arnáiz y el propio Dembélé, el encuentro fue languideciendo hasta el 5-0 de Rakitic. El choque, ovación aparte a un Mascherano que podría haber disputado su último partido de azulgrana, no dio más de sí, pero sí que sirvió de aviso a navegantes de un equipo cada día más redondo y que quiere aspirar a todo. Este Barça ya es el de siempre.

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