El odio como estímulo

Felipe Romero hace 4 años 5.2k
El odio como estímulo. AFP

Artur Boruc es toda una leyenda de las porterías. A sus 39 años, el guardameta polaco apura en el Bournemouth una exitosa carrera deportiva que tuvo su punto álgido en el Celtic, club en el que es considerado todo un ídolo y en el que aprendió a usar el odio de sus rivales para mejorar día tras día.

Allá en cada club que ha estado, siempre ha conectado rápidamente con la afición. Y es que Boruc, pese a ser portero, es un jugador pasional y que rápidamente se hace querer por la parroquía local.

Sin embargo, esa facilidad de compenetración con los suyos está directamente relacionada con la animadversión que a veces genera en los grandes rivales de los equipos en los que ha estado.

Ello quedó patente para él y todo el mundo durante las temporadas en las que defendió la portería de un club en el que sigue siendo todo un ídolo: el Celtic de Glasgow.

Boruc vivió en Escocia los mejores años de su carrera y allí, en Glasgow, recibió tanto el apoyo constante de los suyos como el odio generalizado de otra afición.

Y es que los hinchas del Glasgow Rangers, antes de cada 'Old Firm', tenían en Boruc a uno de sus grandes 'objetivos' para volcar todo su rencor.

Sin embargo, lo que estos aficionados no sabían es que el polaco, lejos de venirse abajo, supo asimilar rápidamente esta situación desde su llegada a Escocia, usando la animadversión para convertirese en mejor futbolista.

"Cuando sales al campo, sientes que los seguidores opuestos te odian. Puedes ver sus gestos insultándote, escuchar sus gritos vulgares... Eso te hace sentir vivo", comentó el meta en 'Football Scotland' rememorando tiempos pasados.

Ahora, con el ocaso de su carrera asomando en el horizonte, Boruc apura en el Bournemouth sus últimos días bajo palos, esperando siempre el insulto rival porque, para él, "esas cosas le dan color a la vida".

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